Asunción Sánchez Zaplana es la elegida. La actual consellera de Bienestar Social será la alcaldable del PP en Alicante. Esa es la decisión de la cúpula nacional popular -hoy se producirá la ratificación oficial en Madrid- que, de esta manera, avala la propuesta que mantuvo siempre como primera opción la dirección provincial del PP frente a las tesis del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, que se había decantado, como una alternativa que podría generar más consenso, por la continuidad de Miguel Valor, en última instancia descartado. Así que, finalmente, Génova le impone a Fabra -también designado por fin como candidato a un segundo mandato en el Consell pero que sale tocado de su maniobra- la salida al problema de Alicante. Un proceso en el que, sin ninguna duda, aparece victorioso el presidente provincial del PP, José Císcar, que, además, toma ventaja para convertirse en el número dos de la candidatura municipal de Alicante -una lista todavía por negociar con un mes por delante- con la intención de postularse a la presidencia de la Diputación como relevo de Luisa Pastor.

La decisión de Madrid de decantarse, en último extremo, por la consellera Asunción Sánchez Zaplana se produce a pesar de que Miguel Valor era el mejor valorado y el más conocido de entre los posibles aspirantes -la citada Sánchez Zaplana junto a Carlos Mazón y el edil Carlos Castillo- en las encuestas internas que manejaba el PP, como confirmaron fuentes populares. Génova tampoco ha tenido en cuenta la regla no escrita que avala la continuidad de los alcaldes salvo en los casos de una renuncia expresa. Ha jugado en contra de la continuidad de Valor su edad. Ha sido un elemento clave. El actual alcalde de Alicante -en el puesto desde mediados de enero tras la dimisión de Sonia Castedo- tiene ya cumplidos los 70 años. Ayer mismo en Murcia, la cúpula nacional del PP descartó la opción de Alberto Garre -sustituto de Ramón Luis Valcárcel- como candidato autonómico y nombró a un consejero del gobierno murciano que no llega ni a la cuarentena. Era difícil, por tanto, sostener ese movimiento en la comunidad vecina y tomar una vía completamente diferente 80 kilómetros más al norte. Así que por ahí se le escapó la candidatura a Valor.

La dirección provincial del PP se había convertido el principal apoyo de Sánchez Zaplana en este proceso frente a la vía de Carlos Mazón, del que en la cúpula alicantina recelaban por su pasado al lado de Eduardo Zaplana y Joaquín Ripoll; y del propio Valor como la alternativa que acabó postulando Fabra, enfrentado a José Císcar. Con el descarte del ahora alcalde, la cúpula provincial propuso su candidata y Madrid aceptó la solución en medio de fuertes presiones y de una negociación muy dura. Con el visto bueno de Génova ya en el bolsillo, la cúpula provincial del PP «vistió el santo» para ofrecer la imagen, además, de que Asunción Sánchez Zaplana -la consellera cumplió su agenda con actos en la Marina Alta- contaba con el apoyo de las cinco agrupaciones del PP en Alicante.

Las Juntas de Distrito, de hecho, emitieron un comunicado en el que dan su total apoyo a la consellera por «unanimidad» y trasladaban la candidatura al comité electoral provincial. Como se recordará, Císcar se comprometió en su día a pulsar la opinión de los notables del PP de Alicante en un intento de sacar adelante una propuesta de candidato que, además, le facilitará al presidente provincial del PP otro rédito: apoyos en la ciudad de Alicante. El comité de listas provincial elevó el nombre de Sánchez Zaplana a Génova, que hoy mismo le dará el placet definitivo para encarar la campaña cuando restan menos de tres meses para la cita electoral. Antes de un acto en Valencia, la ya aspirante a la alcaldía de Alicante se mostró «contenta», aseguró conocer la ciudad y el Ayuntamiento de Alicante gracias a su etapa como edil y garantizó que trabajara por el municipio y sus ciudadanos «como ya he hecho en los últimos años».

Así que a Miguel Valor, tras una larga carrera política de 40 años, se le fue la opción de liderar la lista del PP en el último minuto. «Es una buenísima candidata para optar a la alcaldía de Alicante y contará con todo mi apoyo para tratar de ganar las elecciones municipales. Es una buena amiga que lo va a hacer bien», apuntó el primer edil que, en todo caso, admitió que tenía ganas de aspirar a un mandato completo. «Tenía ilusión por seguir de alcalde», se resignó en declaraciones a Efe el actual primer edil que, desde que accedió a la alcaldía como relevo de Castedo, se había lanzado a intentar desactivar los asuntos más conflictivos que han dominado la gestión municipal durante los últimos años, especialmente, la gestión urbanística y la relación con el empresario Enrique Ortiz. «Mi total apoyo a la candidata, que es una gran persona que ha estado muchos años en el ayuntamiento y que conoce perfectamente Alicante», resumió Miguel Valor que, a su vez, se comprometió a que seguirá trabajando «al máximo» los tres meses que le quedan en la alcaldía. Fuentes del PP apuntaron que la negociación del resto de la candidatura no se abordará, como pronto, hasta dentro de un mes. Esa será otra batalla.