Una encuesta cuyo contenido en su día ocultó la Generalitat a los grupos de la oposición en las Cortes revela el nivel de deterioro que las siglas del PP en la Comunidad y el liderazgo del jefe del Consell, Alberto Fabra, arrastraban ya en 2013. El muestreo, un macrosondeo de 2.052 entrevistas que data de mayo de ese año y que fue pagado por las arcas autonómicas, destapa, por ejemplo, que para el 58,8% de los votantes del PP en las elecciones de 2011 -casi 6 de cada 10- la figura de Fabra, que llegó al cargo como relevo de Francisco Camps en julio de ese año sin el refrendo de las urnas, les inspira poca o ninguna confianza. Pero no sólo eso: los datos son un varapalo para la gestión del Consell y también para el trato que concede el Gobierno de Rajoy a la Comunidad con opiniones favorables a la exigencia de una mayor financiación y de más inversiones.
La documentación salió ayer a la luz después de una denuncia de Fran Ferri, uno de los diputados de Compromís en las Cortes. El Consell se había negado en su día a entregar la documentación al parlamentario que, en esa situación, recurrió a los tribunales. Ahora, sin embargo, la Generalitat le ha tenido que entregar el estudio demoscópico por orden judicial. Durante 2013 y hasta marzo de de 2014, el Consell se gastó unos 170.000 euros en barómetros trimestrales de opinión. Para Ferri, en tanto que el Gobierno de Fabra viene ocultando esos datos, el PP tendría que hacerse cargo de abonar la factura en lugar de que los muestreos se acaben pagando con dinero público.
El análisis de los datos es demoledor para el PP y explicaría, en cierta medida, los motivos de ocultar el documento. Para el 57,5% de los ciudadanos, sin ir más lejos, la gestión de la Generalitat era ya en 2013 mala o muy mala. Una percepción que todavía es diez puntos peor cuando se pregunta a los encuestados por la acción del Gobierno de Madrid, con Rajoy al mando y Montoro como ejecutor, en la Comunidad. Los ciudadanos también son duros con la labor del presidente, que les parece mala o muy mala a casi la mitad de los ciudadanos mientras que sólo un 13% le aprueba. Los números son aún peores si se atiende el nivel de confianza de los votantes del PP sobre el jefe del Consell. Hasta el punto de que a un 58,8% la figura del titular de la Generalitat ya les inspiraba entonces una profunda desconfianza. Un 52%, de hecho, no identifica ningún signo positivo en la labor de Fabra y cuestionan su política social. Y además u casi un 70% cargan al PP y al presidente la responsabilidad de echar a los imputados de cargos públicos.
Los ciudadanos, por contra, no le hacían ascos a un cambio. Un tercio avalaría un posible «tripartito» de izquierdas aunque, eso sí, ponen de vuelta y media a los socialistas. Un 65% de los encuestados censuran la oposición del PSPV. Incluso, identifican a Compromís como una fuerza que defiende mejor a los valencianos que el PSPV. En mayo de 2013, la encuesta daba un 36% de los votos al PP, un 26% a los socialistas, casi un 12% a UPyD, un 11,3% a Compromís y un 10,5% a EU. Esa intención de voto ya no tiene valor. Luego llegó Podemos.
