El esfuerzo que el Ejecutivo de Alberto Fabra ha venido haciendo para limpiar la mochila de facturas pendientes de pago no será suficiente para que el Consell resultante de las elecciones de mayo de 2015 herede el contador a cero. Tanto si el PP sigue en la Generalitat, como si la oposición conquista el Palau, tal como prevén las encuestas, la bola de deudas e impagos seguirá siendo un problema de gran calibre. Por lo pronto, tanto 2014 como 2015 se cerrarán con obligaciones pendientes de aplicar al presupuesto por valor de 2.000 millones de euros. En concreto, y según admite la Conselleria de Hacienda en el plan económico-financiero para 2014 y 2015, entregado y avalado por Madrid, 2014 se liquidará con 2.053 millones de euros sin cobertura presupuestaria, mientras que en 2015 apenas se rebajará esta cifra ya que el año electoral terminará con 2.084.

Se trata de facturas en los cajones (eso sí, en los legales) generados en el ejercicio corriente o procedentes de ejercicios anteriores a los que no se podrá hacer frente con los ingresos presupuestarios. No se trata de gasto oculto, una práctica desterrada de la Generalitat, pero sí obligaciones que se contraen a pesar de que no existe cobertura presupuestaria. Estas facturas se consignan en las cuentas 409 y 411. En 2013, último año auditado por la Sindicatura de Comptes, ambas cuentas sumaban 4.053 millones. La cuenta 409 recogió facturas por valor de 2.493,9 millones; mientras que la 411, que recoge el gasto sin cobertura cuyo pago se difiere al futuro («cuenta 411») sumó otros 1.559,5 millones.

Los datos facilitados por la Conselleria de Hacienda al Gobierno central difieren de los recogidos por el Síndic de Comptes. Así, según los cuadros sobre obligaciones pendientes de aplicar al presupuestos del PEF remitido a Madrid, el saldo inicial en 2014 de estas facturas en el cajón legal ascendió a 3.285 millones.