Cada vez más endeudados y con menos margen de maniobra. El Banco de España certificó ayer de nuevo la delicada situación económica que atraviesa la Comunidad Valenciana y la hipoteca que deberán afrontar futuros gobiernos autonómicos. El dato de la deuda es demoledor. El Consell debe 35.892 millones de euros -dos presupuestos autonómicos completos- tanto a las entidades financieras... como al propio Gobierno central. Los mecanismos de rescate que ha impulsado el Ejecutivo de Mariano Rajoy desde el año 2012 han desbocado el endeudamiento de la Generalitat y han provocado que, hoy por hoy, la Comunidad ya deba más dinero al Estado que a los bancos y las cajas. En concreto, la carga con el Ejecutivo asciende hasta los 18.939 millones de euros.
Ese guarismo procede de dos vías. La primera, el famoso Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), arbitrado en un principio para que las comunidades autónomas en apuros afrontasen sus vencimientos de deuda en una época en la que el grifo del crédito bancario se cerró a cal y canto. Ante esa tesitura, el Ministerio de Hacienda creó el FLA. Y la Comunidad, muy lastrada entonces por su infrafinanciación y los excesos del pasado, se acogió a él con los brazos abiertos. Tanto, que al cierre del pasado mes de septiembre adeudaba al Gobierno 11.503 millones. Pero es que, además, esa cifra se queda ya corta. Tal y como informó este diario en su edición de ayer, el departamento que dirige Cristóbal Montoro ha vuelto a conceder un préstamo de 907,18 millones préstamo de 907,18 millonesa la Generalitat gracias al sobrante del FLA de este año. Suma y sigue. Solo Cataluña, con 23.952 millones, se sitúa por delante en este concepto.
Donde nadie gana a la Comunidad es en el dinero que se debe por el plan de pago a proveedores, otro de los mecanismos que puso en marcha el Gobierno para que aflorasen los miles de millones de facturas en los cajones que había en las administraciones autonómicas españolas. Y la Generalitat, al igual que con el FLA, se acogió con premura. Al cierre de septiembre, la «bola» de deuda con el Estado se elevaba hasta los 7.436 millones. Entre ambos mecanismos, por tanto, suman los 18.939 millones que se debe al Gobierno.
Pero aún hay más. A esa cifra hay que agregarle también la cuantía que se adeuda a las entidades financieras nacionales y a las extranjeras, a asociaciones público-privadas y a los inversores que decidieron comprarle deuda. A éstos últimos se les tendrá que pagar 4.376 millones (4.375 a largo plazo y solo 1 a corto); a los bancos y las cajas españolas se les deben 7.339 millones; mientras que a las entidades foráneas la cantidad asciende hasta los 4.705 millones.
Y ¿qué ocurre con el conglomerado de empresas y fundaciones públicas que dependen directamente de la Generalitat Valenciana? Ya nada. El Consell decidió asumir su deuda para iniciar un proceso de reestructuración y redimensionamiento del sector. En las estadísticas difundidas ayer por el Banco de España referentes a los tres primeros trimestres del año, de hecho, se plasma que su endeudamiento es cero.
Todos estos son los datos actuales. Los que ahogan hoy al Ejecutivo de Alberto Fabra. Una pequeña retrospectiva permite determinar la agonía financiera. En septiembre de 2013, la deuda total de la Comunidad era de 30.240 millones. 5.652 menos que ahora. O, lo que es lo mismo, el dinero que debe la Generalitat ha crecido en 15,4 millones diarios solo en ese periodo. Y lo que queda por venir. Abortada la posibilidad de mejorar ya el sistema de financiación autonómica, al Consell no le quedará más remedio que seguir recurriendo al oxígeno financiero que le insufla el Estado para evitar entrar en coma financiero.
Otro dato evidencia el nulo margen de maniobra: el endeudamiento en relación al Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunidad. Ya es del 35,8%, un punto más que en el trimestre anterior y casi 15 puntos superior del que se encontró Fabra cuando asumió el timón de la Generalitat mediado el año 2011. Ninguna otra comunidad autónoma arroja un dato tan elevado: en Castilla-La Mancha es del 33,7%, en Cataluña del 31,8% y en Baleares del 28,3%. En su conjunto, la deuda de las administraciones públicas españolas ha marcado el récord de la serie histórica al llegar en el tercer trimestre del año al 96,8% del PIB, la tasa más alta desde 2000, y superar el billón de euros.
