Fabra opinó ayer que la corrupción es una cuestión «de toda la sociedad, del sistema y de los partidos», y sería «conveniente que, en vez de intentar quedarse en la barrera, todo el mundo se pusiera a torear». En una entrevista, Fabra reconoce que recibió «críticas» en su día con las líneas rojas, pero ahora a «todo el mundo» le parece que «queda corta», e incluso «alguno pide más». Fabra reclama un acuerdo entre los partidos para que la corrupción quede «al margen» del debate político y se pongan sobre la mesa medidas que garanticen al ciudadano que, «en cualquier caso, y sea cual sea el partido donde se produzca», se va a adoptar «la misma solución». Fabra reivindica que son «los únicos» que han propuesto que no habrá imputados por corrupción en las listas electorales».

Para Fabra, polémicas como la del extremeño Monago, evidencian que «ya no solo se trata de actitudes o comportamientos, sino de reglas del juego», y hay que ser «mucho más estrictos» y justificar en qué y cómo se invierte el dinero. efe