El anuncio de Fabra cayó como una bomba en la oposición, que no salía de su asombro y tardó minutos en reaccionar. Luego disparó con bala. El líder del PSPV, Ximo Puig, reclamó, en declaraciones a los periodistas en el patio de las Cortes, la «dimisión irrevocable» de Fabra por su «frivolidad» y su «irresponsabilidad» al hablar de otra RTVV tras cerrar la que había. «Un capricho que nos ha costado 200 millones», censuró, para añadir: «El movimiento de Fabra es una muestra de debilidad absoluta. Ante la 'Tele Rus', quiere inventar la 'Tele Fabra'. Es el resultado de las reyertas internas en el PP». A su juicio, Fabra es un presidente «absolutamente insoportable» y está «incapacitado para dirigir el gobierno». «Está acabando con la dignidad de las Cortes». Añadió que el futuro gobierno de la Generalitat hará «una nueva RTVV que será pública, en valenciano y de calidad».

Mónica Oltra (Compromís) tachó de «ocurrencia» y «charlotada» el anuncio, que atribuyó a «guerras internas» de Fabra con Rus, tras la decisión de éste último de lanzar una televisión de cara a las elecciones, una medida que ha sido acogida con entusiasmo por los alcaldes del PP ante los malos augurios electorales. «Aún estoy recuperándome», confesó Oltra antes de comenzar sus declaraciones. «Si quiere reabrir RTVV, ¿por qué se gastó 200 millones en cerrarla?», se preguntó, para añadir: «Como dice mi madre, para este viaje no hacían falta estas alforjas. Ni burro, porque esto es de profunda 'burrera'».

«Qué cinismo, qué poca vergüenza», se indignó Ignacio Blanco, de EU, para quien el anuncio de Fabra «es como si Franco, después del golpe y la Guerra Civil, dijera que nos iba a traer la democracia». Fabra, agregó, «asesinó RTVV desoyendo a toda la sociedad valenciana y olvidando a las 1.600 familias que dejó en el paro». «Es electoralismo del más ruin y miserable», asestó. Habrá nueva TVV, proclamó Ignacio Blanco, pero «no será ni Alberto Fabra ni el PP quien la traiga, sino un gobierno decente».

Por su parte, la Unió de Periodistes Valencians criticó que el pliego de condiciones del canal televisivo que financiará la Diputación de Valencia «vicie desde el inicio su funcionamiento con el control sobre los contenidos que el organismo provincial quiere implantar». Según explicó, la exigencia de que el adjudicatario presente con un mes de antelación su programación «vulnera la libertad de información» y puede considerarse «una censura previa, sobre todo por lo que afecta a los informativos».