La trama desarticulada en la operación Púnica iba a empezar a extender sus tentáculos por la Comunidad Valenciana tras haber conseguido en la Comunidad de Madrid y Castilla León más de 250 millones de euros en adjudicaciones públicas. Pero el viaje no se iba a realizar a través del eje natural Madrid-Valencia, sino que tenía una parada en Cartagena.

José Antonio Alonso, exalcalde socialista de Cartagena y uno de los detenidos en la operación, tenía vinculaciones con Alejandro de Pedro a través del hermano del primero Agustín Alonso, que es consejero de la empresa Eico Online Reputación Management SL a través de su firma Globalchip.

Según la Fiscalía Anticorrupción, Alonso era uno de los «conseguidores» de la trama junto a otros de los detenidos en Cartagena, Tino Álvarez. El exalcalde del municipio murciano se jactaba ante sus compañeros en empresas contratistas de que Alejandro de Pedro era «su hombre en Valencia» para hacer negocio con los ayuntamientos del PP. Años antes y cuando era empleado de otra multinacional afirmaba tener mano en el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.

Alonso no escondía sus posibles y viajaba en un Lexus de alta gama conducido por su propio chófer, según explicaron las mismas fuentes. El expolítico fue asesor del consejo de una multinacional que trabajó para la Generalitat. Es lo que se llama en el mundo anglosajón como «el abre-puertas», la persona que contratan las grandes empresas para hacer negocio en las instituciones públicas. De Pedro era el «conseguidor» en el PP.

La idea de la trama de empresarios y políticos era conseguir en Valencia lo que hicieron en Madrid. Contratos de eficiencia energética que iban a sacar grandes ayuntamientos. Los contactos políticos eran fundamentales.