La exdelegada del Gobierno y exconsellera portavoz del Consell con Camps, Paula Sánchez de León, aseguró ayer, en su declaración como testigo ante el magistrado instructor del caso Gürtel en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV), José Ceres, que ella no se ocupaba de temas económicos y se autocalificó mera «intermediaria» entre el que fuera vicepresidente del Gobierno autonómico Vicente Rambla y el PPCV, en cuyo comité electoral ocupó responsabilidades en 2007 en el área de comunicación. De hecho, atribuyó a la secretaría general del PP valenciano las relaciones económicas con la trama. Así lo indicaron fuentes conocedoras de su declaración ante el magistrado, en su comparecencia a petición de la Fiscalía, por las piezas relacionadas con la presunta financiación irregular del PPCV.

Sánchez de León, que ya no ocupa cargo público después de que en mayo anunciara su decisión de dejar la política y pasar al ámbito del derecho privado por razones «estrictamente personales», señaló al acabar que su declaración fue «bien» y que contestó a lo que le habían preguntado «dentro de la sala que es el sitio corresponde». No obstante, parece que el fiscal le pidió que concretara algunas cosas, de las que la testigo dijo que no se acordaba, y pidió disculpas. Sí reconoció cuatro reuniones en la sede de Orange Market, con presencia de Álvaro Pérez «el Bigotes»; con Cándido Herrero, otro de los responsables; y con un técnico para preparar actos de la campaña del PPCV.