El gestor de una de las llaves de la caja de caudales del Consellla llave maestra la tiene Cristóbal Montoro es Juan Carlos Moragues. Por segundo año compareció ante la prensa para explicar la liquidación del presupuesto, en este caso el de 2013, y subrayar hasta con euforia los angulos que permiten ver medio lleno el culo de la botella. Celebró que los mecanismos de rescate generan nueva deuda, pero permiten satisfacer pagos a proveedores. Y reflexionó: «No puedes exigir más sacrificios porque estamos para prestar servicios; esa es la razón de ser de la Generalitat y los recortes han de ser una palabra proscrita».

En esa línea, destacó que se están pagando facturas, aunque implique un aumento de la deuda. «La situación ha cambiado diametralmente respecto a 2012; el escenario financiero es mejor, el económico también y nuestras obligaciones de pago han disminuido». En esa tesitura, mostró su alegría ante el hecho de que los tipos de interés que soporta el Consell por los créditos de FLA sigan cayendo. Anunció que a partir de octubre precio de esa financiación será de apenas un 1%. Los tipos que paga la Generalitat por renegociar deuda bancaria para reconvertirla con cargo a ese fondo de liquidez han pasado del 5,3% en 2012 al 3,9% en 2011 y se prevé que en torno al 3% este año. «Me preocupa la deuda, pero sobre todo lo que cuesta de mantener y estas condiciones, con ese tipo a partir de octubre, son ventajosas, más que ventajosas», apuntó el responsable de las cuentas públicas. La opción de nuevos recortes la descartó: «recorte ha de ser palabra proscrita». No así la opción de reducir el tramo autonómico del IRPF, tras la reforma del gravamen estatal.