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En el núcleo duro de Ferraz

El PSPV quiere convertirse en uno de los puntos de apoyo de Pedro Sánchez y aspira a un puesto de «peso» en la Ejecutiva

El líder del PSPV, Ximo Puig, junto a Pedro Sánchez, en una imagen de hace unos días EFE

Después de muchos años de ostracismo y de una posición cada vez más irrelevante en el decorado interno de los socialistas en España a lo largo de las últimas dos décadas, el PSPV quiere cambiar las cosas a partir de ahora. La ejecutiva liderada por Ximo Puig se presenta al congreso que arrancará mañana en Madrid para ratificar a Pedro Sánchez como nuevo «jefe» de Ferraz con la intención de volver a contar dentro de la «mesa camilla» en la que se toman las grandes decisiones de la formación y, de paso, ocupar uno de los cuatro o cinco puestos de relevancia en la dirección.

Obviamente, Pedro Sánchez se apoyará en la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que, en este proceso, ha ejercido como su valedora hasta el punto de conceder los votos decisivos al nuevo líder del PSOE frente a Eduardo Madina. Es seguro, por tanto y teniendo en cuenta que no habrá número dos al suprimirse la vicesecretaría, que el área de Organización recaiga en un dirigente a sugerencia de Susana Díaz.

Junto a Andalucía, las otras dos federaciones que aspiran a jugar un papel clave son Madrid y el PSPV. Pretenden ejercer -al menos por ahí van las negociaciones- como patas de una nueva dirección que, además, se juega su continuidad en año y medio. En ese periodo se celebrará un debate sobre el Estado de la Nación, las elecciones municipales y autonómicas y, posteriormente, las generales. Justo después se tendrá que convocar de nuevo un congreso en el PSOE para elegir secretario general y renovar la ejecutiva. Así que Pedro Sánchez tendrá que apoyarse en las federaciones de más peso para salir airoso a esos envites y llegar al cónclave de 2016 con opciones de optar a la reelección.

Los socialistas valencianos, convencidos de que pueden llegar a la Generalitat en 2015, quieren a cambio de dar estabilidad y de la «neutralidad activa» de Ximo Puig con parte de sus fieles trabajando a favor de Pedro Sánchez, un puesto clave en esa dirección. Una de las plazas que dan derecho a controlar, al menos en parte, el aparataje de Ferraz: Política Municipal, Relaciones Institucionales... Y, a partir de ahí, el resto de la cuota se repartiría en puestos de segundo orden. El PSPV, hasta aquí, tenía cuatro sillones en una dirección federal que ahora, al menos así lo apuntan las «quinielas», podría ser, incluso, más amplia para favorecer la integración territorial y también de las «familias» que sustentaron la candidatura tanto de Madina como de José Antonio Pérez Tapias. En principio, Ximo Puig, como cabeza visible de la delegación, tiene manos libres para negociar con Pedro Sánchez -ya han mantenido conversaciones- la cuota total que el PSPV tendrá en Ferraz y luego se decidirán los nombres.

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