Más expresivo que nunca, el presidente Fabra puso ayer un ejemplo muy gráfico de la situación a la que se enfrenta el PP en las próximas elecciones, con una Generalitat Valenciana en estado prácticamente de quiebra. «Todavía debemos dinero a 250.000 personas. Si alguien me debiera dinero a mi, yo no le votaría, así que tenemos que pagar. Y ser un gobierno serio económica y políticamente», declaró.
También salió a la palestra la discriminación de Alicante en el conjunto de la Comunidad Valenciana. Tampoco en este asunto se andó por las ramas el presidente. «Comparto que no se trabaja con el mismo énfasis hacia Valencia que hacia Alicante. Pero intentamos que el reparto sea equitativo porque es la forma de vertebrar». J. R. G.
