Carlos Fabra, el todopoderoso político de Castellón, es uno de los exponentes de un modelo «caciquil» de entender la política. Presidente de la Diputación castellonense durante dieciséis años y del PP provincial otros veintidós, la resolución que le conducirá a prisión llega diez años y medio después de la interposición de las querellas que dieron inicio a este procedimiento, por cuya instrucción pasaron nueve jueces y cuatro fiscales. Nacido en Castellón en 1946 en el seno de una saga política -su padre y otros miembros de su familia presidieron la Diputación-, este licenciado en Derecho entró en la política de la mano de UCD, pero fue con el PP con el que fraguó su carrera. Este político que lleva gafas de sol oscuras, desde que de niño perdiera un ojo, siempre ha reivindicado los logros alcanzados en su provincia, como el hospital provincial, aunque pasará a la historia por promover el aeropuerto de Castellón, inaugurado en marzo de 2011 y todavía sin tráfico de aviones. agencias