Alberto Fabra ha decidido ponerse a la cabeza de la manifestación. Prefiere arriesgarse antes de que le pille el toro. Necesitado de intentar revitalizar su maltrecho liderazgo y de tratar de remontar en las encuestas que vaticinan al PP la pérdida de la mayoría absoluta de las Cortes, el presidente de la Generalitat reunió por la tarde en el Palau al empresariado de la Comunidad apenas 24 horas después de la durísima declaración de las patronales -en parte jaleada por el propio Fabra- contra Madrid por la discriminación en el reparto de la inversión del Estado y el expolio anual de más de 1.000 millones con la financiación. La Generalitat tiene ya concertada una entrevista con el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para ejercer como «lobby» de presión con la idea de acelerar la reforma de la financiación autonómica -a día de hoy paralizada a pesar de que se tenía que haber afrontado en enero de 2014- y elevar el volumen de inversiones, algo que se tiene que resolver a la vuelta de las vacaciones de verano cuando, con anterioridad al 30 de septiembre, se presenten las cuentas del Estado para 2015. Un año en el que que los populares se juegan el Consell y decenas de alcaldías.

Es un arma de doble filo para Fabra. Si logra arrancar más dinero a Madrid, su liderazgo de cara a la cita electoral de 2015 se puede recupear, al menos en parte, para llegar con alguna posibilidad a los comicios. Otro fracaso, sin embargo, minaría aún más su credibilidad y sembraría las dudas entre los empresarios, en su mayoría partidarios de una opción que ellos definen como de estabilidad -otro gabinete del PP o, incluso, una gran coalición entre populares y socialistas- antes que de una alianza de izquierdas. Aunque todavía no se ha concretado una fecha para ese encuentro ni tampoco si se producirá en Valencia o en Madrid, será «en las próximas semanas», según anunció la portavoz del Consell, María José Catalá, en una comparecencia conjunta al finalizar la reunión con el presidente de la patronal autonómica Cierval, José Vicente González.

El dirigente empresarial volvió a mostrarse, en presencia de la consellera Catalá, muy rotundo. «Si juzgamos a Montoro por los datos de los últimos dos años, lo tendríamos que recibir con una pitada inmensa. Lo trataremos bien, con amabilidad pero con la misma claridad y contundencia en las reclamaciones que cuando están solos. Somos gente educada, amable, por eso vienen tantos turistas y algunos se quedan a vivir aquí y tratamos a todo el mundo bien», subrayó. A la reunión con el ministro asistirán «todos», aseveró Catalá en referencia a un grupo que «liderará» el propio Consell. Es un «clamor social», remachó, que la Comunidad necesita «una mayor sensibilidad» del Gobierno y una financiación adecuada. El presidente de los empresarios lanzó un doble tirón de orejas a los políticos. Por un lado, al Consell por su ofensiva política contra Cataluña. «Son nuestros principales proveedores y clientes. Debemos pasar por Cataluña para llegar hasta Europa y, por eso, lo inteligente es llevarse bien con los vecinos», detalló. Y, por otro, a los diputados valencianos en Madrid. «Están allí porque les han votado desde aquí», alertó. Cabe recordar que, hasta ahora, el PP y UPyD han votado siempre en el Congreso en contra de mejorar la financiación valenciana mientras que, sin embargo, los socialistas, EU y Compromís se han mostrado, en todas las ocasiones, favorables a poner punto y final al expolio económico.

El responsable de la patronal autonómica, sobre la financiación, opinó que se puede mejorar «si hay voluntad política». Sobre las inversiones, manifestó que «nunca son inocentes» las decisiones sobre hacerlas o no o ejecutarlas antes o después. «Si no se hacen las cosas, es porque no se quieren hacer», subrayó para añadir que en los dos últimos dos años las inversiones por autonomía han sido «escandalosamente bajas» y que si la Comunidad hubiera recibido lo mismo que la media en los últimos quince años, se tendrían que haber invertido 6.000 millones más en ese periodo. Por contra, sin embargo y mientras Fabra se pone a la cabeza de la manifestación, los hechos no acompañan sus palabras. El PP anunció ayer en las Cortes -entre las críticas de la oposición formada por socialistas, Compromís y EU- que volverá a solicitar en el Congreso un aplazamiento del debate sobre la reforma del Estatuto, pendiente desde 2011, para equiparar la inversión autonómica a la media. Así las cosas, por ahora, el Consell tiene muchas palabras pero pocos gestos reales.