Sin noticias del Auditorio. Pese a que la Generalitat Valenciana se comprometió hasta en dos ocasiones a sufragar la mitad de la construcción del inmueble hasta un máximo de 18 millones de euros, la Diputación continúa sin reflejar en sus cuentas esa deuda. No figura ni en el capítulo de ingresos de los Presupuestos de 2014 ni tampoco en el informe que recoge los saldos de dudoso cobro. ¿Por qué? Pues simplemente, porque el Consell no reconoce esa deuda como tal. La propia institución provincial ya ha manifestado en varias ocasiones , a través del diputado César Augusto Asencio, que únicamente se firmaron dos protocolos de intenciones. Nada más. De ahí que esos 18 millones «no sean exigibles». Pese a esas reticencias de la Generalitat a pagar, el actual equipo de gobierno de la Diputación ha reiterado también que seguirá reclamando la llegada de esos fondos. Entiende que la situación financiera del Consell no permite satisfacer esa cantidad en estos momentos, pero antes de que se comprometa a aportar nuevas ayudas, ha de ingresar ésa. Por lo menos, esas son las intenciones que tiene el departamento económico de la institución provincial, dirigido por Asencio.

Tal y como informó este diario, el Auditorio se presupuestó en un principio en 36 millones de euros. La Diputación sufragaría la mitad de la obra y la Generalitat, la otra mitad. Pero tras varias modificaciones en el proyecto y su correspondiente encarecimiento, el c0ste final se terminó disparando hasta los 63 millones, de acuerdo con los datos facilitados por el propio Palacio Provincial. El Consell llegó incluso a sellar un segundo protocolo con el entonces presidente Joaquín Ripoll, pero nunca trasvasó ni un céntimo a las arcas provinciales.