Alberto Fabra reabrió, durante su conferencia en el Club Siglo XXI de Madrid que preside Eduardo Zaplana, la caja de los truenos: la exclusión de los imputados por corrupción de las listas electorales de 2015. Durante un acto institucional en el que también participó la consellera Isabel Bonig, la alcaldesa de Alicante e imputada por tres graves delitos en la operación Brugal, la popular Sonia Castedo, tiró de ironía y se preguntó cuántos imputados pueden verse afectados por esa decisión de Alberto Fabra de cara a las listas de los comicios de 2015. «Le puede afectar a tantos... ¿Quién lo estará?», sugirió la primera edil que, en todo caso, dijo estar, a día de hoy, centrada en exclusiva en la gestión municipal de la capital alicantina. Este escenario evidencia, de alguna manera, el malestar en sectores del PP: consideran que Fabra se equivoca al alentar este asunto a un año de las elecciones sin saber si, por aritmética demoscópica, tendrá que echar mano de imputados -como es el caso de Sonia Castedo- a la caza de un mejor resultado electoral justo en una cita en la que, por vez primera en 20 años, está en juego la Generalitat.

La intervención de Fabra vuelve, en todo caso, a poner encima del tapete ese pulso sobre la continuidad de Castedo, una de las dirigentes populares con más «tirón» electoral, de cara a los comicios de 2015. De alguna manera, el jefe del Consell verbalizó en su visita a la capital de España un mensaje que ya había desplegado en la Comunidad. Pero necesitaba decirlo en Madrid para intentar ofrecer más solvencia a su proyecto. Sin embargo, su intervención volvió a poner en el disparadero, entre otros, a la alcaldesa de Alicante que, como se recordará, hace tan sólo un par de meses ya «saltó» después de que Serafín Castellano, número dos de Fabra en el PP, apuntara que la edil sería relevada como candidata en Alicante en el supuesto de que llegara imputada a los comicios de dentro de un año. El jefe del Consell está convencido de que es la única vía para ganar un plus de credibilidad.

A preguntas de los periodistas, la primera edil alicantina volvió a lanzar, por contra, un comentario con carga de profundidad. «Le puede afectar a tantos... ¿Quién estará imputado de aquí a elecciones?», se preguntó antes de subrayar que «a lo mejor -en referencia a los comicios de 2015- unos no lo están y otros sí...». «Es que no me preocupan las elecciones en este momento», vino a decir la alcaldesa. Sí le interesa, dijo, «la gestión del día a día de la ciudad: lo demás ni me preocupa ni me ocupa ni me quita un minuto de mi tiempo, en absoluto». El alcalde de Castellón, Alfonso Bataller, por contra, se mostró completamente de acuerdo con Fabra a pesar de que arrastra una doble imputación en la red Gürtel. «Me parece muy bien», subrayó en una declaración que pone, así, a Castedo en un brete. La alcaldesa, con los calendarios del TSJ en la mano, tiene casi imposible llegar a la fecha en la que se elaborarán las listas electorales de los populares con un desenlace a sus complicaciones legales.

En las filas del PP, desde luego, continúa la marejada interna por una cuestión que abre aún más las heridas de los populares a cuenta de las investigaciones por corrupción que arrastran y que van a marcar toda la agenda política con vistas a la carrera electoral. Cargos de la gaviota reprochan al jefe del Consell su inoportunidad a la hora de volver a enredar con este asunto. Por ahora, de hecho, la dirección regional del PP guarda silencio sobre el tema. Teme la cúpula de la formación que la bola se haga todavía más grande.