El banquero de Alberto Fabra tiene nombre y apellidos: se llama Cristóbal Montoro. A lo largo de 2014, el Consell ingresará más de 4.000 millones -unos 700.000 millones de las antiguas pesetas- como rescate de Madrid. Préstamos que la Generalitat ha ido cerrando con el Gobierno desde 2012 y que, como se desprende del detalle de los datos, el Ejecutivo de Fabra no puede pagar. La inyección de los fondos de rescate no facilitará, de hecho, aumentar las inversiones en la cobertura de los servicios básicos de la Comunidad. La inmensa mayoría de ese dinero -conseguido a través de operaciones de crédito- servirá para cumplir con bancos pero, sobre todo, para refinanciar deudas que el Consell tenía contraídas con Montoro y que no puede saldar.

En su momento, como se recordará, el Consell solicitó 2.186,6 millones del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) -el eufemismo utilizado para «disfrazar» el rescate autonómico- para poder cuadrar sus necesidades de financiación anuales. El desglose incluye ingresos por 996,6 millones para cubrir el déficit que tiene autorizado la Generalitat en 2014, la única cantidad económica que el gobierno de Alberto Fabra podrá utilizar para hacer frente a los gastos del día a día. Pero también de otros 969 millones para saldar vencimientos de deuda y de 221 millones más que el Consell tiene pendientes de pago al Estado por las liquidaciones negativas del sistema de financiación correspondientes al bienio 2008-2009.

Durante las negociaciones, el Consell, sin embargo, constató su incapacidad para hacer frente a un préstamo que le había concedido el ICO en 2012 por importe de 1.757 millones y a otros 272 millones de la operación de crédito que sirvió ese mismo año para entrar en el plan de pago de proveedores. Un total de 2.029 millones que, en su día, Montoro otorgó a Fabra con cargo a deuda y que, en medio del colapso de las cuentas autonómicas, la Generalitat no tiene fondos para devolver ahora a Madrid en los plazos previstos. La única forma de evitar el impago pasa, por tanto, por refinanciar la deuda y renovar el crédito.

La banca, como ya se sabe, siempre gana y Montoro, desde luego y a pesar de la deuda histórica de 14.000 millones que Madrid adeuda a la Comunidad, tiene que cobrar los préstamos que ha concedidod a la Generalitat. Así que el Gobierno, finalmente, ha optado por ampliar la dotación del FLA adjudicado al Ejecutivo de Alberto Fabra hasta los mencionados 4.217 millones. De esa manera, la Generalitat dispondrá de 2.029 millones concedido por Montoro para que el propio Ministro de Hacienda se cobre las deudas y pueda refinanciar las operaciones de crédito que concedió al Consell hace ahora dos años. Un escenario casi surrealista. Con tintes kafkianos. Pero que, a la vez, demuestra de nuevo la complicada situación de las arcas autonómicas y el peligro que corre a día de hoy la Generalitat de convertirse en una administración casi inviable.

La conselleria de Hacienda, en un comunicado, reconoció que esa parte del dinero se destinará a la renegociación de deuda ya existente pero que no supondrá engordar aún más la carga de préstamos financieros que arrastra la administración autonómica. La novación de las operaciones se realizará, además, en mejores condiciones y permitirá un ahorro en el pago de intereses. «Vamos a recibir una importante dotación con la que atenderemos nuestras obligaciones de pago durante este ejercicio», apuntó el conseller Juan Carlos Moragues que, además, agradeció la «sensibilidad» de Montoro. «¿Con qué autonomía puede pedir alguna cosa Fabra a su banquero», se preguntó el vicesecretario de Economía del PSPV, Julián López Milla. «Esta situación es una prueba más de la incapacidad del Consell que pide un préstamo a Montoro para pagarle al propio Estado. Tendrían que negociar una quita o una condonación del lastre con cargo a la deuda histórica que nos deben», concluyó.