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Montoro asfixia a Fabra

La Comunidad será en 2014 la autonomía que menos dinero por habitante ingresará del sistema de financiación, más de 300 euros por debajo de la media El Ministro de Hacienda rechaza las peticiones para paliar el expolio que sufre la Generalitat y pone al titular del Consell contra las cuerdas

Cristóbal Montoro, el amo de la caja de caudales del Gobierno, se ha convertido en una pesadilla para el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y para la propia Comunidad. El sistemático rechazo a todas las peticiones -la última de ellas un fondo de compensación de 1.500 millones- para tratar de paliar el expolio que sufre el Consell en el reparto de la financiación autonómica a lo largo de la última década -primero con José María Aznar en La Moncloa y después con el socialista Zapatero- ha terminado por poner en cuestión la propia viabilidad de la administración valenciana para prestar con solvencia servicios básicos. Pero, además, contribuye, en clave interna del PP, a minar aún más, si cabe, el devaluado liderazgo de Fabra cuando queda año y medio para unas elecciones en las que los populares se juegan, por vez primera en dos décadas, abandonar el Palau de la Generalitat; y a dejar casi a cero el poco crédito del jefe del Consell en Madrid, al que ya planta cara, incluso, el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, un barón de segundo orden dentro del escalafón del PP pero uno de los más claros cuando se planta en Madrid para exigir mejoras en su territorio.

El reparto del sistema de financiación para 2014 evidencia, una vez más, que acabar con el colapso de las finanzas valencianas no está entre las prioridades de Montoro. La Comunidad, de hecho, no sólo ingresará 305 millones menos del modelo que en 2013 -cifra equivalente a la nómina de un mes de todos los empleados de la Generalitat y un recorte, en proporción, mucho mayor que el del resto de autonomías- sino que, además, será la que menos perciba por habitante de toda España: 301 euros por debajo de la media. Un dato: el Gobierno enviará al Consell 8.276 millones mientras que la cobertura de las consellerias de Sanidad y Educacion supondrá un gasto, de cumplirse los presupuestos para 2014, de 10.088 millones. Suma y sigue. La Generalitat sufre un expolio de financiación de más de 1.000 millones anuales, según los informes de los empresarios; y arrastra una deuda histórica, calculan los expertos de las Cortes, de 14.000 millones con Madrid, una cantidad que, por ahora, Fabra se muestra reacio a reclamar.

La distribución de la financiación para 2014 es sólo el último episodio del calvario en el que se ha convertido para el presidente de la Generalitat su relación con Montoro. Un muro para las peticiones de Fabra que, por otra parte, guarda las formas y alza el tono lo justo a sabiendas de que, en los últimos dos años, la viabilidad del Consell dependía en exclusiva de los préstamos que Montoro autorizaba como rescate. El nuevo reparto de los fondos autonómicos debía iniciarse en enero de 2014. Los sistemas de financiación, hasta ahora, tenían una vigencia de cinco años. Montoro ha optado por retrasarlo, al menos, hasta 2015. ¿Motivo? No abrir un melón que elevaría más la tensión, incluso, entre los propios dirigentes territoriales del PP.

El Ministro de Hacienda, de hecho, ha rechazado de plano todas las sugerencias de Fabra en esa dirección. El Consell pedía que el sistema de financiación arrancara en 2014 y que, si entraba en vigor más tarde, se ajustaran los ingresos con carácter retroactivo. ¿Respuesta? Ni una cosa ni otra. Pero, además, el titular de Hacienda también ha advertido que no habrá más dinero. Eso significa que otras comunidades tendrán que ceder para que la Generalitat ingrese más, algo que dificulta el acuerdo. Y, encima, el Ministro de Hacienda no considera que la Comunidad esté mal financiada. Justo después de que Fabra exigiera más fondos en la última convención autonómica del PP en Peñíscola, Montoro, en respuesta parlamentaria, aseguraba que el Consell estaba en la media, una afirmación desmentida por todos los indicadores.

Pero es que en esta tesitura, incluso, Montoro se dedica a vetar las maniobras de Fabra para generar más ingresos: el día después de que las Cortes aprobaran el impuesto a los bancos para contar con 230 millones más, Hacienda anunció que lo recurriría. Como el perro del hortelano... Ya se sabe: ni come pero tampoco deja comer.

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