Año 2009. La crisis comienza a golpear con fuerza las arcas del Consell. La burbuja inmobiliaria se encuentra en pleno declive y los ingresos de la Generalitat empiezan a caer en picado. Pues bien, durante ese ejercicio el Ejecutivo autonómico no tuvo reparos en contratar personal para sus dos principales consellerias en volumen de gasto: Sanidad y Educación. El Consell contó a lo largo del año con un total de 73.973 perceptores en el ámbito sanitario y 66.244 en el educativo. En total, 140.217 contratos que supusieron un desembolso de 4.817 millones de euros.

Año 2012. La Comunidad Valenciana despide el ejercicio con un desfase presupuestario del 3,52% el más elevado de toda España y más de dos puntos por encima del guarismo que exigía el Gobierno central para las autonomías, los ingresos se siguen desplomando, los impagos están a la orden del día, el desencanto ciudadano se hace patente con decenas y decenas de manifestaciones de norte a sur de la Comunidad... Y, por primera vez en la historia, un Ejecutivo central se ve obligado a salir al rescate de un gobierno autonómico, el valenciano, que se vio incapaz de hacer frente a un vencimiento de deuda de 123 millones con una entidad financiera. Eso fue en enero. A lo largo del ejercicio, no obstante, las inyecciones de liquidez se fueron sucediendo hasta alcanzar un montante global de 10.820 millones. A esa cifra se llegó con el plan de pago a proveedores, el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) y las líneas ICO que habilitó el Ministerio de Hacienda para las autonomías.

Estrangulada en materia financiera, la Generalitat decidió acentuar los recortes en el capítulo de personal de Sanidad y Educación. Así lo refleja la Cuenta General de 2012, publicada recientemente. En total se formalizaron 128.397 contratos (64.184 profesionales estuvieron a sueldo en la conselleria de Manuel Llombart y 64.213 en la de María José Catalá). El desembolso total quedó fijado en 4.142 millones.

Una comparativa de estas cifras con las que contabilizó la Cuenta General de 2009 revela la magnitud del tijeretazo. En apenas cuatro años se han registrado 11.820 contratos menos y se ha contenido el gasto en 675 millones de euros. El ajuste no es baladí. El recorte equivale a dos mensualidades completas de todo el personal al servicio de la administración excluyendo el sector público empresarial y fundacional y supera, por ejemplo, el presupuesto anual de consellerias como las de Turismo, Cultura y Deporte (483 millones de gasto reconocido en 2012).

Aunque la tijera comenzó a meterse en 2010, el pasado año fue el que más se notaron los ajustes. El Consell pasó de dedicar 4.656 millones del capítulo I de Sanidad y Educación en 2011 a «sólo» 4.142 durante el último ejercicio. En apenas un año el bocado fue de 514 millones.

En términos globales, la inversión en políticas sociales sí ha ido a más. Pese a que en el periodo comprendido entre 2009 y 2011 sí se redujo el gasto, en 2012 aumentó de manera considerable. El pasado año, Sanidad, Educación y Bienestar Social contaron con una asignación global de 13.013 millones, prácticamente el presupuesto del actual ejercicio. En 2011, por el contrario, esa cifra fue de 10.742 millones. Ese incremento explica en parte el déficit del 3,52%, aunque los cuatro partidos con representación en las Cortes coinciden en que buena parte de culpa la tiene el actual modelo de financiación. Según el informe de los expertos designados por la Cámara, la infrafinanciación de la Comunidad Valenciana en la última década alcanza los 13.449 millones.

El síndic del PP en el hemiciclo, Jorge Bellver, reclamó ayer al resto de grupos un gran acuerdo «para reclamar equidad, suficiencia financiera y estabilidad, siempre desde la lealtad institucional». Por su lado, el líder del PSPV, Ximo Puig, anunció que invitará a los expertos al Congreso con el objetivo de «reivindicar con más fuerza una mejor financiación» para la Comunidad.