Puerta de salida. El líder del PSPV, Ximo Puig, envió ayer un mensaje a los concejales críticos del grupo municipal socialista de Alicante que, durante las últimas semanas, han puesto patas arriba a la formación del puño y la rosa en la capital. La ruptura entre la cúpula local, dirigida por Gabriel Echavarri, y los cinco ediles díscolos -María José Adsuar, Alejandro Parodi, Elena Martín, Ana Paula Cid y Gabriel Moreno- es evidente y casi irreconciliable. De hecho, el pasado sábado, los concejales críticos dejaron patente sus diferencias con la dirección y no acudieron a la asamblea en la que se avaló la gestión de Echavarri. Unos resultados que, tal y como apuntó Ximo Puig ayer durante su primera visita a la ciudad después de que estallara el conflicto interno, deben ser «respetados». «Cualquiera que no se sienta cómodo es libre para decidir si continua en la formación», lanzó.

A Puig se le acumulan los problemas. A la batalla interna en el socialismo alicantino hay que sumarle la carrera a las primarias, que arrancó el pasado fin de semana cuando su vicesecretario y portavoz, Francesc Romeu, anunció su intención de presentarse a las elecciones internas para elegir el candidato del PSPV a la Generalitat. Demasiados conflictos internos. Al «jefe» de los socialistas valencianos no le quedó más remedio ayer que intentar sacar cabeza y poner sobre la mesa una seria de líneas a cumplir. «Tenemos que centrarnos en los ciudadanos, no en lo nuestro», defendió al mismo tiempo que cargó contra todos aquellos miembros que intentan mover ficha por libre. «En este momento, cualquier personalismo perjudica la creación de una alternativa y las expectativas de cambio», espetó en una clara carga de profundidad contra las aspiraciones de los díscolos.

En todo momento, Puig apostó por la unidad interna de su formación y consideró que todo aquel que no «comparta los valores» de los socialistas puede irse. Con todo, quiso hacer muestra de pluralidad interna y aseguró que «cualquier crítica y opinión siempre será atendida y escuchada». En cuanto a la ausencia de más de la mitad de la militancia del PSOE alicantino a la última asamblea, el dirigente socialista quitó hierro al asunto y se escudó en que la «participación política no atraviesa su mejor momento».