Hace meses que en todas las conversaciones políticas aparece la posibilidad de que, por vez primera en mucho tiempo, la Generalitat y los grandes municipios de la Comunidad pudieran cambiar de manos en los comicios de 2015, una cita para la que ahora restan dos años. Y la ciudad de Alicante, gobernada por el PP desde 1995, no está siendo ajena a esos movimientos que, en la mayoría de los casos, apuntan a un escenario político, después de esa cita electoral, de instituciones con una representación plural y multipartidista que obligaría a acuerdos, fundamentalmente, entre los socialistas, Compromís y EU como alternativa a los populares. Un proceso al que el PP se ha aferrado agitando la bandera contra los "tripartitos" para intentar evocar los acuerdos en Cataluña y así tratar de reactivar a sectores de su electorado, a día de hoy, desmovilizados por su gestión en el Consell.

Cierto es que, en estos momentos, los sondeos con los que se trabaja en las salas de mando de los principales partidos apuntan una posibilidad de cambio más clara, por ejemplo, en la Generalitat que en el Ayuntamiento de Alicante, donde el peso que tendría UPyD -muy superior al que obtendría en el resto de la Comunidad- le daría un papel clave. Pero, sin embargo, sectores de la sociedad alicantina -especialmente la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC)- consideran que la opción de generar una alternativa en la ciudad pasa por una relación fluida entre el PSPV, EU y Compromís, fuerza que actualmente no tiene presencia municipal pero que, de consolidar los porcentajes que le conceden esas mismas encuestas, podría lograrla.

Durante las últimas semanas, una representación de la PIC, con su presidente José María Perea al frente, mantuvo encuentros con las direcciones locales de esas tres fuerzas políticas para sondear su posición sobre el futuro de Alicante. En las conversaciones, esta plataforma ciudadana trasladó el "mensaje" tanto al PSPV como a EU y Compromís de que, en tanto que los sondeos auguran la posibilidad de un cambio político en numerosas instituciones, delegaciones de esas tres fuerzas se sentaran a dialogar sobre iniciativas y proyectos políticos concretos. La filosofía es que antes de que se encuentren con la necesidad de, llegado el caso, tener que negociar un acuerdo con prisas, exista una complicidad que permita plantear un proyecto alternativo del conjunto de la izquierda, en el caso de la ciudad de Alicante, a la alcaldesa Castedo. En las conversaciones y en medio de fuertes reticencias, se planteó que no eran necesarios actos públicos pero que, al menos, sí se produjeran conversaciones discretas. "No se trata de que acepten lo que hace el otro. Cada uno es diferente. Pero sí que, por lo menos, empiecen a tejer simpatías", apuntó una fuente conocedora de los contactos.

Entre dirigentes de las tres fuerzas hay pocas dudas de que, cuando pasen las elecciones de 2015 y si la aritmética suma, tendrán que ensayar gobiernos conjuntos. Sus votantes no entenderían que el PP, después de dos décadas, continuara gobernando. Por ahora, sin embargo, esos intentos para que dirigentes del PSPV, EU y Compromís en la ciudad de Alicante se sienten alrededor de la misma mesa han quedado en agua de borrajas. El PSPV de la capital, consolidando aún el liderazgo de Gabriel Echávarri, no quiere aparecer como un partido débil que necesita de otras fuerzas para ofrecer una alternativa al PP. Mientras que a EU y Compromís tampoco les hace ni pizca de gracia, al margen de las viejas cuitas entre ambas formaciones, aparecer junto a los dirigentes de la agrupación alicantina socialista, unas siglas, en este momento, muy deterioradas y lastradas por la desconfianza de la ciudadanía.

La PIC les convoca el 23 de mayo a una mesa redonda con sindicatos

Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma sí viene a la montaña. En medio de un escenario que ha generado un cierto debate entre miembros de las fuerzas de izquierda que podrían conformar el "tripartito", la Plataforma de Iniciativas Ciudadanas (PIC) ha organizado para el próximo 23 de mayo una mesa redonda, dentro de las jornadas que anualmente organiza sobre el estado de la ciudad, en la que tendrán cabida un representante del PSPV, otro de EU y un tercero de Compromís además de los sindicatos UGT y CC.00. Todos han confirmado su asistencia a la cita. Más allá del tema de debate, la mesa tiene su simbolismo. A pesar de que cada uno cree que es mejor crecer por separado y, en el caso de que la aritmética sume, negociar después de las elecciones, lo cierto, sin embargo, es que nadie se atreve, a día de hoy, a dejar una de esas sillas vacía. Otra cosa muy distinta serán los discursos y los mensajes que unos y otros puedan ofrecer. P. r. f.