La Justicia no ha sido la primera en poner en solfa la relación del Consell con la trama Gürtel. En 2009, cuando el escándalo de la red corrupta ya había tomado forma, la Sindicatura de Cuentas detectó irregularidades en una de las empresas de la Generalitat que contrató los servicios de Orange Market, la matriz de Gürtel en tierras valencianas. Concretamente, la Sociedad Gestora para la Imagen Estratégica y Promocional de la Comunidad. Esa firma, hoy disuelta, encargó a a la empresa de Álvaro Pérez, El Bigotes, los servicios de conceptualización, producción y montaje del acto de inauguración de la Volvo Ocean Race de Alicante en 2008. Orange Market se embolsó 516.000 euros por organizarlo. Tal y como informó ayer este diario, el magistrado del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana que instruye el caso Gürtel, José Ceres, ha decidido ahora investigar ese contrato al detectar indicios de posibles ilegalidades.

Pues bien, la Sindicatura de Cuentas ya alertó de presuntas irregularidades mucho antes. En su informe fiscalizador de 2009 analizó al detalle los presupuestos de esta empresa pública y sacó a la luz que su consejo de administración aprobó el 3 de diciembre de 2008 unas instrucciones "de obligado cumplimiento interno" a la hora de realizar contrataciones. Y esas normas estuvieron trufadas de aspectos contrarios a la legislación vigente.

Los gestores de la firma, por ejemplo, redujeron al mínimo la capacidad de maniobra de aquellas mercantiles interesadas en presentar una oferta para cualquiera de sus licitaciones. Cada vez que la Sociedad Gestora para la Imagen Estratégica y Promocional de la Comunidad abría un proceso, las mercantiles interesadas se veían obligadas a visitar su sede social para recoger el pliego de condiciones. Primera irregularidad: no publicarlo en la web junto a la oferta. No es la única.

Hay otras mucho más relevantes, de acuerdo con el informe elaborado por la Sindicatura. Resulta llamativo, cuanto menos, que las empresas sólo tuvieran tres días para retirar los pliegos de condiciones. Ni uno más. Y eso, que los procesos no eran precisamente económicos. "Dicho plazo, al menos para los contratos de obras superiores a 200.000 euros (IVA excluido) y para los contratos de suministros y servicios superiores a 60.000 euros (IVA excluido), se considera insuficiente e incompatible con los principios de publicidad y transparencia", reza el documento elaborado por el órgano fiscalizador.

Curiosamente, esas instrucciones se aprobaron apenas tres meses después de que la empresa adjudicara a Orange Market el acto de inauguración de la Volvo en un tiempo récord. Tal y como ya informó este diario en 2009, sólo pasaron 12 días entre que la firma solicitara tres ofertas -entre ellas a Gürtel- y la posterior adjudicación. El 1 de septiembre se pidieron las ofertas, Orange Market formalizó la suya ocho días después y finalmente logró el contrato tres días más tarde. En sólo una semana la matriz de la trama en la Comunidad preparó todo el montaje, dado que la gala se celebró el 19 de septiembre.

Esa celeridad ha propiciado ahora, entre otros muchos aspectos, que el TSJ de la Comunidad haya decidido separar una pieza específica sobre ese contrato. Además, se investigarán también por separado las relaciones del Consell y Gürtel a través de Vaersa, Sepiva Proyecto Cultural y la Luz de las Imágenes.

Otras apreciaciones

En su informe fiscalizador, la Sindicatura de Cuentas también halló otras irregularidades en las normas internas de Sociedad Gestora para la Imagen Estratégica y Promocional de la Comunidad. Las instrucciones contemplaban tres procedimientos de adjudicación y en dos de ellos no se regulaba la publicidad; no cumplían los principios de igualdad y no discriminación; y no establecían los criterios para la evaluación de las ofertas, entre otras muchas cuestiones.