Opinión | Esto no es un cuaderno

Demasiada confusión

Hallábame absorto en mis pensamientos en plena caminata callejera cuando de repente me aborda un seudoconocido y me espeta: «¿Qué te parece lo de Sánchez?». «¿El de las pipas?», respondo, tratando de escaquearme de la maliciosa pregunta trampa.

El pleno municipal celebrado el pasado lunes. | ÁXEL ÁLVAREZ

El pleno municipal celebrado el pasado lunes. | ÁXEL ÁLVAREZ

«No es cierto que todo sea incierto».

Blaise Pascal (1623-1662), científico, filósofo y aforista francés.

Hallábame absorto en mis pensamientos en plena caminata callejera cuando de repente me aborda un seudoconocido y me espeta: «¿Qué te parece lo de Sánchez?». «¿El de las pipas?», respondo, tratando de escaquearme de la maliciosa pregunta trampa. «No, el de los kikos… ¡vaya periodista!», exclama marchándose sin saludar. Una antigua colega de las clases de tai-chi es la siguiente en requerirme para preguntar a bocajarro: «¿Es verdad el asunto ese de Navarro?». «¿Juan de Dios Navarro, el nuevo portavoz municipal popular, o el de antes, José Navarro?». «Pues ahora no sabría decirte…», la oigo musitar mientras me alejo acelerando la marcha.

A los pocos metros un antiguo compañero del instituto me para y me suelta: «Vaya oposición que tenemos en Elche. Díez se está pasando de la raya…». «¿Héctor Díez, del PSOE, o Esther Díez, de Compromís?», inquiero sin entusiasmo. «Pues ahora que lo dices, los dos». Vale. «Pero lo del alcalde también está mal –prosigue, persiguiéndome-. Eso de poner a su hermana a presidir el pleno…». «No, la presidenta del pleno es Irene Ruiz y el alcalde es Pablo Ruz, sin la i». «Entonces esa es la que tiene un hermano concejal», insiste, inasequible al desaliento, mientras acelero el paso. «No, el concejal de Vox Samuel Ruiz no tiene lazos familiares con ella, al menos conocidos». Demasiada confusión. Así no hay manera.

Renuncia

Díez, la de Compromís, pretendía que el alcalde explicara en el último pleno lo mal (a su entender) que ha gestionado Ruz la crisis reputacional del Viernes de Dolores y la subsiguiente renuncia del edil Navarro (José), y por eso le interpeló en base al flamante reglamento municipal. Pero al parecer la edil se confundió de artículo y apartado porque la interpelación debe usarse para interpelar sobre los propósitos generales de actuación del gobierno local en relación con un tema concreto. Y ni siquiera tiene que contestarla el alcalde. El nuevo portavoz popular, Navarro (Juande), le reprochó que eso no tocaba, según el art. 28 y subsiguientes del ROM. «Ya, pero ¿qué me dice de la nefasta gestión de la crisis reputacional?», persistía la compromisaria, mientras miraba de reojo a la bancada socialista, cuyos integrantes hacían como que no iba la cosa con ellos. Al otro Díez (Héctor) se le escapó una mueca al cruzar miradas con la interpelante, como diciéndole: «Nosotros ya hemos pasado página, apáñatelas como puedas». No hubo manera de enterarse de lo de la gestión de la crisis reputacional.

La confusión reina también en el equipo de gobierno, arguyó la portavoz compromisaria, a la hora de discernir entre lo divino y lo humano, lo que es de Dios y lo que es del César, lo que es aconfesional y lo que es beatería en sus diversos grados. Díez hizo notar la marcada proliferación de vírgenes, santos y otros elementos religiosos (católicos) en la casa consistorial y en las actividades consistoriales (por ejemplo, el tedeum del bipartito en Santa María tras la toma de posesión o las bendiciones de locales municipales con hisopo incluido), desde que gobiernan PP y Vox.

El socialista Mariano Valera, pese a declararse católico confeso (o quizás por eso), anunció que su grupo secundaba la moción y que se inclinaba más por Montesquieu que por el concordato. El debate tomó una inusitada altura teológica en el que salieron a relucir el papa Francisco y los pilares básicos de la fe, y poco faltó para entrar a discutir la naturaleza y la esencia misma del Espíritu Santo, como si de un concilio se tratara. Afortunadamente, antes de que hubiese que recurrir a san Jerónimo de Estridón en busca de luz y ante la amenaza de un cisma plenario, la portavox Aurora Rodil zanjó la espinosa cuestión planteada por la agnóstica Díez: «El agua bendita no hace daño a nadie». Amén.

Santa María

Sin embargo, la cosa no quedó ahí. Hay quien ha visto en la nueva caída de cascotes en Santa María, esta vez de la mismísima fachada principal, una señal relacionada con esta disputa política entre aconfesionalidad, laicismo y devoción. De momento no se sabe todavía de qué es la señal, si es que hubo o hubiese habido señal, lo cual ha acrecentado todavía más la confusión reinante. Ante tales tesituras el alcalde ha pedido al Obispado no solo que interprete estos signos sino también, de paso, una mayor proactividad (implicación, vamos) en los planes de restauración del primer templo ilicitano, que no todo lo van a hacer las autoridades seglares y la Providencia, ya sea divina o secular. Por si flaqueara la predisposición eclesial (o como refuerzo en todo caso), Ruz ha convocado un pleno extraordinario para ver de dónde sacar el dinero para la restauración urgente del primer templo ilicitano, casa del Misteri y de la Maredéu. «Santa María es de todos», proclama el alcalde, así que a apoquinar todo el mundo. Aprovechando la visita de la consellera de Hacienda, Ruth Merino, se llevó, como quien no quiere la cosa, a enseñarle el estropicio patrimonial, por si le ablanda el corazón (y el presupuesto). Ánimo.

En este mar de dudas y preocupaciones, Pablo Ruz trata de proporcionar en su día a día certidumbres a la población ilicitana y para ello no cesa en su empeño de cambiar farolas y de plantar flores y árboles donde ve un hueco. Detalle este último muy de agradecer en pleno cambio climático y que, pese a quien le pese, se enmarca de lleno en los ODS de la ONU (él lo vende como actuaciones para embellecer la ciudad, para que sus socios no se den cuenta y se reboten). En solo diez meses lleva revegetados ya más metros cuadrados en la ciudad y pedanías que el anterior bipartito de izquierdas, que ya es decir, y todavía tiene miles de petunias, plátanos y naranjos bordes preparados en los viveros. Para que luego le digan algunos lo que le dicen.

Reglamento

Con este mismo espíritu ecuménico Ruz y su equipo han dado a luz, por fin, al esperadísimo y tantas veces reclamado nuevo reglamento de concordia lingüística en el municipio ilicitano, con el fin de normalizar el uso del castellano, que estaba en franco retroceso frente al valenciano, por culpa del sectarismo de los anteriores gobiernos izquierdistas. A partir de ahora, aborígenes y visitantes podrán saber que «carrer» significa «calle» o que L’Altet quiere decir El Altet. Además, se ha suprimido el párrafo introductorio del reglamento de 1997 de que el valenciano es la lengua históricamente propia del municipio, por reduccionista. Cuentan que en el bipartito gobernante se barajó sustituirlo por este otro párrafo: «Las lenguas históricamente propias de Elche son el íbero, el púnico, el latín, el gótico, el árabe, el lemosín, el valencià de defora y el valencià del Raval», pero se originó un tenso debate filológico-etimológico entre los ediles, que el alcalde cortó para evitar males mayores. «Recollinsa!», les reprehendió en un perfecto valenciano.

Valenciano

Aparte de estos y algunos otros pequeños detalles a pulir, hay que saludar la restitución de topónimos históricos retorcidos por el anterior criterio, como llamar Torre del Pla a Torrellano o Vallverda a Valverde, pero aseguró el alcalde que Perleta no pasará a ser Perlita ni Atzavares será Piteras. Las correspondencias lingüísticas se guiarán por el sentido común y cuando no haya que tocar algo por imperativo legal, no se tocará. Por ejemplo, la calle Hermanos Navarro Caracena no se rotulará también como carrer Germans Navarrés Carasopar. Ni Teniente Ganga será Tinent Rebaixes, como tampoco Filet de Fora y de Dins se reconvertirán en Hilito de Fuera y de Dentro. Es un alivio. La oposición, sin embargo, pondrá el grito en el cel y seguramente hará una interpelación al respecto. O dos. No tiene suficiente con utilizar mal el ROM, lo suyo es seguir creando confusión. Atentos.