Opinión | NOTAS AL PROGRAMA

Director y música checa de Smetana y Martinu

La chelista finesa Senja Rummukainen interpreta la Sinfonía concertante de Prokofiev

La chelista finesa Senja Rummukainen.

La chelista finesa Senja Rummukainen.

  • Alicante, ADDA, 4 mayo 2024. A las 20 horas. 
  • ADDA Simfònica, Senja Rummukainen, violonchelo, Tomás Brauner, director invitado.

Bedrich Smetana

(Litimysl, Bohemia checa,1824-Praga, 1884)

El Moldava (Vitava), poema del ciclo sinfónico Ma Vlast (Mi Patria)

El ciclo sinfónico Mi Patria, del que forma parte el poema El Moldava, confirmó a Smetana como el padre de la escuela sinfónica checa de la que Antonin Dvorák sería el continuador. Los seis poemas sinfónicos que integran Mi Patria fueron compuestos entre 1874 y 1879 y son la expresión del credo patriótico de Smetana. El Moldava fue escrito en tres semanas, entre noviembre y diciembre de 1874. Con este poema sinfónico Smetana da al río checo, afluente del Elba, una importancia nacional comparable a la del Rhin para los alemanes o el Danubio para los austriacos. Fue estrenada en Zofin el 4 de abril de 1875. Es una composición que, por su popularidad, ha eclipsado al resto del ciclo. El comienzo de la obra es una descripción, primero en la flauta y después en el clarinete, de los murmullos de los arroyos que se unen para dar nacimiento al río. De ese perpetuum mobile nace la bella y célebre melodía que será el tema dominante de la obra. Los cuadros siguientes describen una escena de caza en los bosques (instrumentos de metal), una boda campesina (danza a ritmo de polka en la madera y la cuerda), el clima de la noche en luna llena, hasta dislocarse en violentos choques orquestales cuando el río llega a la garganta de San Juan antes de ensanchar su curso para llegar a Praga en una grandiosa culminación. Finalmente, la orquesta se aligera en disminuendo, hasta conservar solamente los violines, mientras el río se pierde en lontananza.

Sergei Prokofiev

(Sontsovka, Ucrania, 1891-Nikolina Gora, Moscú, 1953)

Sinfonía concertante, para violonchelo y orquesta (opus 125)

Prokofiev abandonó en 1918 la URSS pasando quince años en la emigración en Estados Unidos, Francia y Alemania antes de volver a su país en 1936, en los años más negros de las purgas estalinistas, sin que nunca más se le volviera a permitir salir de la URSS. En 1933, cuando residía en París, inició la composición del concierto para violonchelo y orquesta en mi menor (opus 58) que finalizaría en Moscú en 1938 después de la cantata Alexandre Nevski. Con una parte del material de este concierto, que no tuvo éxito al estrenarse en Moscú en noviembre de 1938, Prokofiev escribió para Mstilav Rostropovich, y con su ayuda, esta Sinfonía concertante (opus 125) que Rostropovich estrenó el 18 de febrero de 1952 en Moscú bajo la dirección de Sviatoslav Richter, el gran pianista soviético nacido también en tierra ucraniana como Prokofiev. El primer movimiento, como en el concierto en el que se inspira, es de una rica invención melódica, que abunda en cantinelas amplias y viriles. El segundo movimiento, en forma de sonata, contiene temas diferentes a los del concierto precedente pues fue totalmente recompuesto. El Final está escrito en forma de dobles variaciones, donde el virtuosismo invade tanto a la parte solista del violonchelo como la de la orquesta.

Bohuslav Martinu

(Policka, Bohemia, 1890- Liestal, Suiza, 1959)

Sinfonía número 4 (H.305)

Martinu está considerado el cuarto de los grandes de la música checa después de Smetana, Dvorák y Janácek. Entre 1923 y 1940 vivió en París antes de trasladarse a Estados Unidos hasta 1953. De estos últimos años en América datan sus seis sinfonías. Las cinco primeras fueron escritas una tras otra pero entre la Quinta y la Sexta tuvieron que pasar siete años. La Sinfonía número 4 de Martinu fue compuesta entre el 1 de abril y el 14 de junio de 1945 y se estrenó el 30 de noviembre de ese mismo año en Filadelfia bajo la dirección de Eugène Ormandy. Está considerada el punto culminante de la actividad creadora de Martinu en América. Destaca por el equilibrio entre los cuatro movimientos aunque son los centrales los que tienen mayor importancia. El primer movimiento es breve y conciso mientras que en el segundo destaca el trío central, con un fuerte perfume checo en el que dialogan el piano y los instrumentos de madera. El Largo es de forma ternaria y muy expresivo mientras que en el último movimiento el segundo de los temas se transforma en himno de victoria que conduce a la coda sincopada final.