Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Balibrea

El mundo por de dentro

Antonio Balibrea

El inútil esfuerzo hacia el desencanto

Las causas inútiles conducen a la melancolía, suele decirse parafraseando a Ortega y Gasset. En la "Meditación de El Escorial. o Experimentos de nueva España", dice "mas, ¿adónde puede llevar el esfuerzo puro? A ninguna parte; mejor dicho, sólo a una: a la melancolía". La melancolía es el estado de ánimo en que acaban aquellos que se han dejado guiar por el puro esfuerzo, que han emprendido hazañas sin ton ni son, sin ser auxiliados por razones que las guíen y fines que las justifiquen. "El puro voluntarismo y entusiasmo acaban siempre en la melancolía". El exceso de acción pura y de esfuerzo, durante siglos ha arrastrado el alma española, en el mejor de los casos a la melancolía y en el peor a esa fatiga espiritual, a esa apatía y abulia crónicas.

Para Jaume Asens, portavoz adjunto de Unidas Podemos, el debate sobre monarquía o república "ya está instalado" ha dicho, subrayando al vicepresidente Pablo Iglesias. Las peticiones, desde diversos sectores políticos, principalmente Unidas Podemos, y las formaciones independentistas, de un castigo ejemplar para el rey Juan Carlos habían ido en aumento y, en las dos últimas semanas, desde las más altas esferas, se fue filtrando que el Rey iba a imponer un nuevo correctivo a su padre, tras haberle quitado la consignación presupuestaria. Aprovechando que el debate "ya está instalado", según Asens, "en esta década podría ser perfectamente plausible que se produjese este referéndum, si hubiese otra correlación de fuerzas". Y luego matiza, siguiendo a Iglesias, "que no es el momento de abordar la forma del Estado, dada la configuración de las mayorías en el Parlamento". Esto es evidente. Para esta reforma constitucional hacen falta 235 diputados; ni PSOE y PP juntos los reúnen en esta legislatura; y sin los dos en ninguna legislatura se ha alcanzado esa cifra. El PSOE como ha dicho Pedro Sánchez considera "plenamente vigente el pacto constitucional". Es evidente que la modificación del artículo primero, del Título Preliminar, de la Constitución requiere un amplísimo consenso muy lejos de la situación actual, como reconoce Iglesias y el propio Asens. Es un debate retórico, un esfuerzo puro, una causa inútil. Sirve para enervar y movilizar a la gente en un objetivo hoy políticamente inviable. A Torra le ha faltado tiempo para convocar un pleno monográfico del Parlament, el que no ha hecho con la pandemia, o la crisis. Es lo que durante siglos ha arrastrado al alma española en el mejor de los casos a la melancolía, y en el peor a esa fatiga espiritual, a esa apatía y abulia crónicas. Es lo que llamábamos desencanto y que se vivió después de la transición. Porque es un esfuerzo inútil.

Como también es evidente Juan Carlos I no huye, porque no está requerido, ni investigado por ningún tribunal. Al menos de momento. Ningún tribunal le puede acusar de nada que haya hecho antes de la abdicación. Los graves delitos de presunta corrupción y evasión fiscal que se investigan ya saldrán, si los hay, para eso están los tribunales y los fiscales del Supremo investigando. Por mucho que lo repita Ada Colau nadie ha demostrado que haya obtenido "dinero de forma ilícita". Y si ha incurrido en fraude fiscal, que Hacienda lo demande como lo ha hecho con famosos artistas o futbolistas.

Resulta evidente que tenemos los problemas sanitarios, sociales, económicos y políticos más importantes en décadas, y, que plantearse la forma política del Estado español, en estas circunstancias no conduce a ningún sitio, y menos contribuye a resolverlos. Los dirigentes de Unidos Podemos saben que no es el momento; como sabían los independentistas que tampoco era viable la vía unilateral para la independencia. Cuando me pregunto por qué agitan el tema de monarquía o república, sólo se me ocurre una respuesta: porque hay elecciones en Cataluña antes de final de año. Unidas Podemos pretenden marcar su perfil con respecto al socio de gobierno, y los otros con el resto de los partidos. Ni unos, ni otros, ven viable lo que dicen. Ha empezado la campaña electoral en Cataluña.

"El error de nuestro agarbanzamiento -escribe Ortega- consiste en creer que la teoría y la práctica son cosas distintas. Por supuesto -y nótese bien-, nosotros no tenemos el menor derecho a pensar que las teorías no son prácticas porque precisamente en España no ha habido nunca teorías, sobre todo teorías políticas. (...) Niego absolutamente que hombre alguno haya hecho nada, en la práctica, serio sin una teoría previa".

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats