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Aplausos

La anécdota siempre fue desmentida por Serrano Suñer, pero ha cobrado carta de naturaleza y hoy es imposible distinguir la realidad de la leyenda

Es casi legendaria, por afortunada, la respuesta que el embajador británico Samuel Hoare le dio al ministro español Ramón Serrano Suñer, "el cuñadísimo", el 24 de junio de 1941, cuando un grupo de manifestantes se concentró frente a la embajada del Reino Unido al grito de "Gibraltar español" ante la pasividad de la policía. - "Señor embajador, ¿le mando más policías?", preguntó cínicamente por teléfono Serrano; a lo que el flemático embajador contestó: - "No me mande más policías, me conformo con que me mande menos manifestantes". La anécdota siempre fue desmentida por Serrano Suñer, pero ha cobrado carta de naturaleza y hoy es imposible distinguir la realidad de la leyenda. Sirva la misma, no obstante, para encuadrar algunas de las reflexiones que merecen los múltiples brotes de coronavirus que asolan de nuevo a España y sus regiones, sobre todo Cataluña, y el terrible mazazo que para nuestro turismo y nuestra economía suponen esos descontrolados repuntes y la gestión del Gobierno central y los gobiernos autonómicos al respecto.

El pasado sábado Tele 5 concedía una muelle entrevista a Pedro Sánchez de la mano de Pedro Piqueras, fiero periodista cuando se trata de entrevistar a líderes políticos de la oposición. Pese a la comodidad del formato preparado por la cadena amiga y de la zona de confort en la que se encontraba Pedro, en la mayoría de las respuestas se evidenció que a nuestro presidente consorte no le llegaba la voz; indeciso, poco convincente, a la defensiva, sin credibilidad en sus afirmaciones. Si se hablaba del número de muertos por la pandemia, Sánchez reconocía, pusilánime, que la cifra oficial no era la verdadera, pero que ellos seguían los criterios de la OMS. Convendrán ustedes dos que hay que tener cierto cuajo para seguir defendiendo una cifra oficial de menos de 29.000 víctimas sabiendo que la cifra real se acerca a las 50.000. Si se hablaba de las medidas del Gobierno contra estos alarmantes repuntes y el porqué de los mismos la respuesta estaba en las Comunidades Autónomas. En cualquier caso, como siempre, la culpa es de otros.

Estas son opiniones a partir de los hechos y estos que viene ahora son los hechos sin partir de opiniones. Como la culpa siempre es de los demás, los malos, una desconocida y perversa Universidad de Cambridge (con tan solo 96 premios Nobel en sus vitrinas, más que España, Francia e Italia juntas) publicaba que de todos los países testados España figuraba como el que peor -el peor- había gestionado la pandemia. Y como los malos siguen siendo muy malos, el ministerio de Asuntos Exteriores publicaba estos días la lista de los 135 países muy malos del mundo que prohíben la entrada de españoles en su territorio o les impone una cuarentena. Tras la reclusión a la que fueron sometidos los españoles y españolas, salíamos mucho más fuertes, casi invencibles, colmados nuestros gestores de aplausos. Pese a morir de éxito, y tras unas cuantas semanas en libertad vigilada, España encabeza de nuevo el país de Europa donde se han producido más incontrolados rebrotes (más de 500) y los peor gestionados.

Y siguen siendo hechos y no opiniones que nuestro sabio entre los sabios, motocicleta y surf mediante, Simón, se alegraba, entre ola y ola, de que no vengan a visitarnos los ingleses y los belgas; "riesgo que nos quitan", se despachaba el sabio tras superar una insalvable ola de preguntas y reflexiones. Y lo hacía el mismo día que un compungido Sánchez, pese a su cómoda entrevista a la medida, imploraba que Gran Bretaña y Europa levantaran cualquier tipo de veto a España por ser un país seguro. No habló de Cataluña, más insegura que nunca por culpa del inseguro y alucinado Torra y del independentismo de opereta que la gobierna, de ahí que se encuentre al borde del confinamiento. Imagino que el embajador del Reino Unido (pérfida Albión), para aconsejar a su Gobierno que se puede venir a España repetiría aquello de no me mande más tests, mándeme menos brotes. Es la misma lamentable imagen que damos en Europa al conocerse por boca del Gobierno del filósofo Illa que nunca existió un "Comité de Expertos" que asesorase para la desescalada. Mintieron una vez más. Hechos, no opiniones. Como Simón no tiene que abrir ni cerrar hoteles o restaurantes en Benidorm, tras el surf y la moto, puede permitirse estas sabias y oportunas declaraciones.

Entre la insolidaria actitud de muchos ciudadanos en la prevención de los contagios, sobre todo los jóvenes y jóvenas; entre la apatía de un Gobierno superado por los rebrotes, que prefiere vivir de los aplausos caseros; entre algunos líderes de la oposición aterrados por ser de derechas y pendientes de que el fuego amigo no les mueva el sillón; entre esa taifa de gobiernos autonómicos desasistidos de papá Estado, huérfanos de dirigentes políticos de talla, cada cual mirando su propio ombligo; y entre lo que nos espera a la vuelta del verano con nueva pandemia sanitaria y una peor pandemia económica y de desempleo, la lotería de millones que nos regala Ángela Merkel va a ser como luchar contra el coronavirus a base de agua de azahar. Con el prestigio de España hecho harapos, ¿preferimos que nos manden más millones para malgastar en ideología bolivariana y otras canonjías del populismo subvencionado o preferimos crear más empleos y empezar a parecernos a los países serios? A más ver.

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