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Antonio Balibrea

Opinión

Antonio Balibrea

A Rutte le dan tiempo

La habilidad de Pedro Sánchez está sobradamente demostrada al sobrevivir a las tarascadas del Comité Federal del PSOE y de la vieja guardia. Ahora, además creo que está aprendiendo de Angela Merkel, que a sus 66 años aguanta estoicamente cuatro días de negociación. Está dirigiendo un cambio estructural de primer orden en la Unión Europea. Debe ser su penúltima lección, y Pedro Sánchez callado tomando apuntes.

En esta ocasión el presidente Sánchez ha estado en silencio, a la sombra de Merkel y de Macron, sin mantener posturas radicales incluso frente a provocaciones como que no se puede modificar la ley de Relaciones Laborales. Esta era una de las condiciones que el PP español requirió a la derecha europea: que para obtener ayudas o créditos ,no permitiera al gobierno realizar «cambios estructurales». Sánchez se manifestó muy comprensivo con el primer ministro holandés Rutte. De hecho, el acuerdo y la actitud de la mayoría le ha dado al líder holandés el tiempo que necesita para conseguir la aprobación de la Cámara de Representantes de los Países Bajos. Mark Rutte gobierna, por un voto, en una coalición de cuatro partidos de derechas: liberal, el suyo, y democristianos. La segunda fuerza es la extrema derecha, el PVV de De Wilders, y el año que viene hay elecciones. De la propuesta inicial la cantidad para subsidios ha pasado de 500 a 390 mil millones pero lo importante, es que el endeudamiento de la Unión Europea se ha aprobado. Aunque no se llamen «coronabonos», es deuda comunitaria y se va a devolver a treinta años con lo que se recaude de una serie de nuevos impuestos europeos: un impuesto a las grandes compañías; un impuesto a las empresas digitales como Google, Amazon, Facebook, Apple, etcétera; la tasa Tobin sobre transacciones financieras internacionales; y. un impuesto sobre los plásticos y el carbón, sobre el sistema de emisiones. Cómo se van a pagar los préstamos que se pidan para el plan de reactivación es lo que no se ha concretado. Ni se ha subrayado porque supondrá la desaparición o limitación de los paraísos fiscales como en los Países Bajos, Irlanda o Luxemburgo. La deuda mancomunada en la Comisión y los nuevos impuestos son la verdadera causa de la resistencia de los «frugales» al acuerdo. El retraso en la aprobación de estos impuestos y su definición ha sido la mayor concesión que ha hecho la mayoría, a los frugales para que puedan defender el acuerdo en sus respectivos parlamentos. La de los cheques con devolución de parte de sus aportaciones al presupuesto comunitario en comparación es una concesión mínima.

Si el puerto de Amsterdam no tuviera los privilegios fiscales que tiene muchas de las mercancías que entran a Europa por Holanda lo harían por Valencia o Barcelona y eso puede pasar cuando paguen impuestos similares. Por eso ahora urge más acabar el corredor mediterráneo. Muchas empresas digitales se localizarían en países o zonas- el distrito digital, por ejemplo- dónde hay más mano de obra cualificada en ese sector. Si se penaliza la producción de plásticos o con carbón- en China, por ejemplo- muchas industrias no tendrían problema en volver a ubicarse en Europa. La equiparación al ser impuestos europeos, permite una mayor competencia y unidad de mercado en toda la Unión, eso beneficia a todos, también a Alemania y Francia que con el Brexit han perdido a uno de sus mejores clientes.

El acuerdo es un extraordinario avance que convierte a la Comisión en buena medida en un gobierno europeo siempre que haya sintonía con el Consejo. La Comisión exigirá que los créditos y ayudas directas del fondo de recuperación se dirijan a inversiones en materias previstas en el pacto verde y en el plan digital es decir que cada ayuda se destine a los planes previstos por la Unión Europea y paliar los daños provocados por el Covid-19. El incumplimiento o no de los compromisos ya no requerirá la unanimidad del Consejo, sino que será la mayoría cualificada la que decida. No hay «hombres de negro« vigilando. Y la Políticas Agraria Común ha quedado reforzada en el presupuesto europeo para los próximos siete años.

Las Cortes Españolas votan los acuerdos de la Comisión de reactivación en los cuatro grupos de planes- ecología, digital, educación y protección social- es importante que se acuerden en el Congreso por una mayoría sustancial porque eso dará mucha fuerza a las propuestas que vayan a la Comisión Europea.

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