Del 14 de marzo al 21 de junio de 2020 todo el país ha permanecido en estado de alerta por la pandemia del Covid-19. Y los ciudadanos confinados en casa desde una severidad extrema durante las primeras semanas hasta la progresiva desescalada (fase1, fase2, y fase3) antes de entrar en la «nueva normalidad» a partir del día 22 de junio. Durante el confinamiento, cada cual se las habrá arreglado para mantener el equilibrio lo mejor posible. Algunos experimentando con el teletrabajo; otros haciendo de docentes para con sus hijos; en los supermercados se agotaría la harina y productos de pastelería; también los artículos de bricolaje? En definitiva, se habrá vivido el dulce hogar como nunca: montando puzles, coloreando mandalas, pintando cuadros por números, etc. Y en medio de esta situación tan extraña, las actividades artísticas habrán cobrado su intrínseco valor: expresión, comunicación, creatividad, magia?Tanto para los niños como para los adultos.
Aquí en Elche, en lo que respecta a los dibujantes de Cuadernos Viajeros, se comenzó a proponer desde la página web del colectivo un Reto diario para que los cuadernistas tuviesen un motivo que los alentara en las largas horas del confinamiento. Cada día se proponía un lema o asunto que sugería algo material y concreto y también un concepto abstracto: «Tu rincón», «Salud», «Universo», «Aventura»?para plasmarlo en los cuadernos. Se fotografiaría cada dibujo y se mandaría a la página web, que pondría a la vista de todos la cosecha del día. También los sábados, como sucedáneo de nuestras quedadas al aire libre, se implantarían las Excursiones virtuales a los lugares más bonitos que todos conocíamos: Castell de Guadalest, Alcalá del Júcar, Albarracín, Cazorla?y de los que se podrían tener imágenes propias, además de las que se conseguirían por Internet.
Con este mismo método se convertiría en virtual el VI Encuentro de dibujantes urbanos en Elche, Dibujando entre Palmeras, programado para los días 24, 25 y 26 de abril, que fue todo un éxito de participación, con la entrañable colaboración de los colegas y amigos habituales de las ediciones anteriores. En resumen, casi millar y medio de dibujos realizados en el periodo de confinamiento
Algo parecido debe de haber sucedido con nuestros demás artistas plásticos del rodal, tanto los que tienen el estudio en el propio hogar como los que no. En los del primer caso, la simple falta de algún material habrá movido a los artistas a funcionar fuera de su zona de confort y seguro que habrá derivado en obras con algún cambio técnico o conceptual digno de verse. Quienes se han encontrado sin poder ir al taller, y sin ningún material en casa, habrán tenido que ingeniárselas para la creación más espartana: desde la utilización de cualquier superficie de cartón o madera hasta acudir al alquitrán de sellar las jardineras. También los materiales de cosmética como coloretes, pintalabios, etc. habrán servido para satisfacer las necesidades creadoras más imperiosas. Es muy probable que muchos de los artistas plásticos de la ciudad tengan ahora mismo su cosecha más humana y representativa secándose al sol.
En mi caso particular, durante el confinamiento, he hecho poquísimos trabajos en el cuaderno pero una cantidad enorme de cuadros en la línea del grafiti tradicional, dedicando toda la producción a la categoría del «grafiti carcelario». Inspirado en esos dibujos y escritos espontáneos que figuran en las paredes de las celdas: mensajes al cosmos, pensamientos, fechas, dedicatorias, etc. Enganchando con aquellas obras de los primeros ochenta del siglo pasado en que abordaba la categoría del «grafiti amoroso», de tanto color. Ahora, ¿siguiendo el Guernica?, aparecen los tonos grises.Me preguntaba qué podría hacerse para mostrar, desde la inclusividad, una representación fidedigna de todo lo producido por nuestros artistas en este periodo histórico que nos ha tocado vivir. Continuará?
