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Antonio Balibrea

Opinión

Antonio Balibrea

Nada te turbe en tiempos de turbación

«En tiempos de turbación no hacer mudanza». Está recomendación de Ignacio de Loyola a los jesuitas está presente en la sabiduría popular, generalmente muy conservadora, y desde luego las últimas elecciones en Galicia y en el País Vasco- incluso en Polonia- confirman que el electorado ha seguido en tiempos de Covid-19 los prudentes consejos del fundador de los jesuitas. Lo mismo pronostican los sondeos del CIS, donde las variaciones en intención de voto y en pronóstico son mínimas y por debajo del margen de error. Solo Ciudadanos mantiene una variación significativa, y positiva intención de voto. Sin embargo, el propio beatífico guipuzcoano creo su orden, como instrumento innovador para abordar una época de turbación en la Iglesia y conseguir mantenerla a flote y a las órdenes del Papa. Esta época de la pandemia sin duda es de turbación; pero la Comisión y el Consejo Europeo, en su mayoría, piensan qué es el momento de hacer mudanza si se quiere superar la crisis actual y avanzar en la Unión Europea. Lo contrario ni siquiera sería una turbación, sino sencillamente un desastre.

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión se reúnen ayer y hoy con dos importantes temas: presupuesto a largo plazo de la UE 2021-2027 y un paquete de recuperación para responder a la crisis de covid-19. Dicho en el argot comunitario: el Marco Financiero Plurianual (MFP) para el período 2021-2027 y el instrumento de recuperación «Next Generation EU». El presupuesto propuesto se incrementa significativamente, aunque con vistas a la negociación el presidente del Consejo Charles Michel, ha hecho una ligera reducción para intentar contentar a los «frugales» que consideran excesivo el gasto- caso de Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca- y a los que otros llaman tacaños. El presupuesto plurianual recoge lo que serán las subvenciones a la agricultura que durante el Covid-19 se han demostrado fundamentales para evitar el acaparamiento y la escasez de alimentos y a permitido garantizar la cadena alimenticia en Europa. El tema estrella es el plan de recuperación para responder a la crisis; mientras la mayoría lo centra en un importe de medio billón de euros y son reacios a que sean a fondo perdido. Los frugales requieren que se den como créditos y con medidas de control del gasto de manera similar a cómo se hizo durante la crisis de 2008. Este es, aparentemente, el tema central del debate. Ahí esta puesto el foco de la reunión.

El foco en un escenario no deja ver lo que se mueve en el entorno. En mi opinión las discrepancias básicas no están en el cuánto, sino en el cómo; y ni siquiera en el cómo se reparte ese dinero, si mediante créditos o subsidios. Con ser esto muy importante, a mí me parece un señuelo en todo el debate; mucho más importante es el cómo se obtiene la financiación porque supone cambiar sustancialmente las competencias de la Comisión en varios aspectos: en primer lugar se le reconoce una capacidad de endeudamiento a la comunidad; en segundo lugar se crean una serie de impuestos europeos para pagar el medio billón de euros que se va a incluir como subsidios y por lo tanto es un embrión de fisco europeo. Esta es la clave.

La devolución del crédito se haría mediante nuevos impuestos europeos: un impuesto a las grandes compañías; un impuesto a las empresas digitales como Google, Amazon, Facebook, Apple, etcétera, y un impuesto sobre los plásticos y el carbón, sobre el sistema de emisiones y lo que llaman la tasa de carbono transfronteriza que permite grabar los productos industriales en países de fuera de la Unión Europea-como China- que tienen un uso intensivo de carbón. El ministro de Economía de Irlanda, y nuevo presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, se alegró de que Apple no tenga que pagar a su país 13 mil millones que le reclamaba la Comisión Europea. Apple en Irlanda pagaba el 0,05%. Las grandes compañías tendrían que pagar también lo que les perdona Holanda. Allí pagan un 9 o 10%, en España e Italia 16 % o 17%, en Alemania el 20% y en Francia un 35%. Algunos «frugales» son auténticos paraísos fiscales. Es competencia claramente desleal.

«Nada te turbe, nada te espante./ Todo se pasa. Dios no se muda./ La paciencia todo lo alcanza». Espero que Angela Merkel, democristiana ella, no se turbe y se guíe por estos consejos de Teresa de Ávila.

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