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Tribuna

Pacto por la recuperación

La Comisión de Recuperación nació de la necesidad de dar respuesta adecuada a las terribles consecuencias de la pandemia, a la necesidad de afrontar el reto de recuperar de la crisis generada por el COVID a la ciudad de Alicante. Esta Comisión nació, como no podría ser de otra manera, del consenso previo político. Nació, pues, del convencimiento de aquellos que tenemos la responsabilidad de representar a todos, de que solo todos y juntos es posible abordar la tarea de la recuperación.

Pero ni la necesidad ni el esfuerzo político conjunto, siendo necesarios, hubieran sido suficientes. Sin sumar la participación de la más amplia representación que conforma nuestro tejido económico y social. Por ello, quiero expresar mi más sincero agradecimiento, en nombre de todos los alicantinos, a todos los representantes de la sociedad civil alicantina y técnicos municipales, que han participado y contribuido en el seno de esta Comisión y a través de las distintas Subcomisiones, sesión tras sesión, hasta la elaboración de un dictamen final que recopila 105 propuestas, con casi 200 iniciativas o líneas de trabajo para abordar y resolver la difícil coyuntura en la que nos encontramos.

El dictamen ha sido aprobado por unanimidad de todos los grupos políticos. ¿Significa ésto que el dictamen responde al 100% a las expectativas de cada uno de nosotros? ¿Significa que compartimos todos al 100% todas y cada una de las propuestas? ¿Significa que alguien renuncia a iniciativas que defiende pero que pueden no estar incorporadas al texto definitivo? No, en absoluto. Por supuesto que todos y cada uno hubiéramos elaborado un catálogo de propuestas, en definitiva un dictamen, diferente. Pero ese es, precisamente, el mérito principal: La capacidad y generosidad de consensuar un paquete de medidas en la que prime el acuerdo sobre la discrepancia, que ponga de manifiesto los que nos une sobre lo que nos pueda separar, que anteponga el interés común de todos, sobre el interés particular, En definitiva, alanzar una acuerdo que, por ser unánime, sea el más fuerte de los compromisos.

En la sesión inaugural les rogué a todos que hiciéramos ese esfuerzo de encontrar los lugares comunes aparcando otras cuestiones que ahora no tocan y, créanme, no puedo sentirme más satisfecho por que el objetivo se ha visto cumplido. Y, créanme, no pueden sentirse todos más satisfechos, porque hemos cumplido con las expectativas que los alicantinos habían puesto en esta Comisión.

La rápida propagación de la pandemia generó un escenario inédito frente al que se carecía de la experiencia previa suficiente como para anticiparse adecuadamente. Las distintas administraciones hemos debido afrontar retos dentro de nuestros marcos competenciales, y comprobar como, en la mayoría de los casos, a la falta de precedentes se unía la falta de los medios necesarios para hacer frente al coronavirus.

Tras el confinamiento, y la adopción de diferentes medidas, cabe hacer un análisis de aquellos escenarios en los que la respuesta ha resultado adecuada, así como de aquellos otros para los que dicha respuesta no fue suficientemente eficiente o, incluso, se careció o se carece de respuesta alguna. Probablemente, en este último supuesto, la mayor de las incertidumbres la genera la inexistencia en estos momentos de una vacuna eficaz frente al coronavirus, la posibilidad real de un repunte en los contagios o, el mismo mecanismo de trasmisión y mutación del virus.

Mientras la Medicina encuentra respuestas a dichas incógnitas, desde las Administraciones Públicas debemos prepararnos para cualquier repetición del peor de los escenarios. Igualmente, debemos adoptar las medidas necesarias para recuperar social y económicamente nuestro entorno.

En cuanto a la labor de prevención, y según se pronostica desde los medios científicos, existe un riesgo real de rebrote, y un repunte de la pandemia que los expertos sitúan en el otoño próximo. En consecuencia deben reforzarse los protocolos de emergencia, aumentar los stocks de EPI's, fortalecer los equipos de emergencias y servicios esenciales, y aumentar la formación y la adopción de medidas de seguridad higiénico sanitarias entre la población.

En lo que respecta a la labor de recuperación, los efectos de la pandemia han sido devastadores después de una casi paralización total de la economía, y un incremento brutal del desempleo. Las cifras de personas que han entrado en situación de vulnerabilidad y que recaban ayudas directas para acceder a lo más esencial, se han multiplicado entrando en situación de riesgo cientos de personas que, hasta hace unos meses, ni se planteaban el encontrarse en esa situación. En consecuencia, las medidas a adoptar han de estar encaminadas. Por un lado, al apoyo a las personas garantizando alimento, habitación, y medios para sufragar sus gastos esenciales, facilitándoles medios complementarios para salir de esta situación a través del empleo. Igualmente, han de ser adoptadas medidas específicas para la reactivación de nuestra economía, en un entorno en el que el tejido productivo está basado en el sector de los servicios y, particularmente, los de naturaleza turística. Medidas de apoyo económico directo a nuestras empresas y empresarios para dar cobertura a sus costes fijos e inversiones, generación de las oportunidades de negocio, activación de un entorno seguro jurídica, sanitaria y económicamente, que propicien la generación y la recuperación del empleo.

Por último, resulta imprescindible la máxima coordinación y cooperación entre las distintas Administraciones Públicas. No solo existe un marco competencial distinto para cada Administración Pública, sino que situaciones como la generada por la declaración del estado de alarma ponen de manifiesto la necesidad de unificar en un mando único, o concentrar las competencias para los servicios de emergencia y esenciales en momentos concretos y para afrontar situaciones excepcionales. Pero más allá de abordar la crisis en sí misma, hay que abordar sus consecuencias y la recuperación, y es aquí, cuando cada administración recupera y normaliza su régimen competencial, cuando la coordinación entre todas ellas se vuelve esencial y unas deben apoyar y llegar donde para otras no es posible hacerlo.

El pasado jueves concluimos con el trabajo para el que la Comisión de Recuperación se constituyó: elaborar un dictamen para elevar al pleno municipal que recogiera las medidas necesarias para abordar la recuperación de Alicante. Cerramos un capítulo, pero iniciamos el siguiente que implica la puesta en marcha de las medidas acordadas, hacer que dichas medidas den el resultado para el que han sido propuestas que no es otro que salir de la terrible crisis social y económica que la pandemia del COVID ha generado.

Por tanto, la aprobación de las conclusiones en la comisión no supone en absoluto un gracias y adiós, sino un gracias y hasta ahora, por que hemos de seguir trabajando juntos poniendo en marcha este plan, desde los distintos órganos especializados existentes, en sesiones específicas de trabajo y seguimiento, en foros y jornadas que sigan fomentando el debate constructivo. Lo dije el primer día, no es esta una labor de unas semanas, es la labor de los próximos meses y años. Esta empresa les emplazo a todos ustedes a seguir trabajando con el mismo espíritu y altura de miras con que lo han hecho hasta ahora.

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