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La pluma y el diván

Tutía

Ya sé que estamos todos bastante hartos de coronavirus, mascarillas, brotes, «desconfinamientos», fases, vulneración «legal» de derechos fundamentales y políticos a la gresca, como siempre. El hastío se nota en la tristeza con la que caminamos, en los planes de vacaciones que obviamos, en la desgana por entusiasmarnos, en la búsqueda de fantasías renovadoras de una realidad positiva, pero no hay tutía.

Tenemos delante un conflicto que únicamente puede resolver la ciencia, menos mal que no es la política. Por fin se entiende que sin ciencia no hay futuro. Esperemos que cuando todo este aluvión de catástrofes se pase, no olvidemos que sigue siendo fundamental apoyar a los científicos, los sanitarios y los productores de alimentos de primera necesidad, que son los que realmente pueden sacar adelante una crisis sanitaria de este calado. Aunque conociendo el paño, la memoria es frágil y la política seguirá su camino ideológico para fortalecerse a sí misma y no habrá tutía -ni siquiera en forma de elixir mágico- para el resto de los mortales.

Nunca tendrían que entrar en pugna la salud y la economía. Es reconfortante saber que algunos países, entre ellos Corea del Sur, han sabido burlar el virus sin parar su economía y con una tasa de mortalidad asombrosa, porque de una población de más de cincuenta millones de habitantes, han fallecido por coronavirus menos de trescientos. Para un país como España, estos datos son demoledores, porque además de tener una cifra exorbitada de fallecidos con nombres y apellidos, hemos entrado en una crisis económica que tendremos que pagar duramente muchas generaciones de españoles. Pero para los responsables, no hay tutía.

Si comparamos las medidas que utiliza este país asiático para combatir los contagios con el nuestro, estamos a años luz. Al entrar en Corea del Sur te someten a una prueba PCR, te colocan una pulsera de localización, te alojan en un hotel hasta la mañana siguiente para verificar que estás libre de virus y tienes que permanecer un mínimo de diez días en aislamiento, hasta que te hacen una nueva prueba PCR de confirmación. En nuestro país, te miden la temperatura, te hacen rellenar un formulario y te miran a la cara para averiguar, con un ojo clínico de libro, si estás bien de salud. Vamos que no hay tutía.

Todos estamos rezando al universo para que la ciencia salve al mundo y, sobre todo, a los españoles. Un nuevo rebrote masivo sería letal por definición, porque este país no soportaría un nuevo confinamiento masivo. Aquellos que no muriéramos por la enfermedad, lo haríamos por ruina, siempre con la excepción de los políticos. Pues eso, que no hay tutía.

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