Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Marc Llorente

Opinión

Marc Llorente

Sol y sombras

La normalidad ha tenido muchas anormalidades que habría que arreglar. Las alternativas claras son hoy una ilusión óptica. Una quimera. Un ensueño irrealizable a corto y medio plazo por muy necesaria que sea una normalidad con otro talante y talento. Vale la idea de establecer medidas para mejorar el medio ambiente y afrontar la emergencia climática. Pero el problema es que un desarrollo sostenible, que fusione intereses naturales y sociales, no puede esperar para establecer un mundo algo mejor.

La «nueva normalidad» lleva mascarilla y otras medidas de seguridad (si es que se respetan) que ya resultan cotidianas. Uno echa de menos la normalidad total. Sin ciertas anormalidades.

Y echas de menos una mayor responsabilidad individual y solidaridad para evitar rebrotes. El turismo, que tiene importantes ayudas al igual que otros sectores de la población, mira al horizonte de julio y agosto, y Pedro Sánchez anima a los españoles a hacer la mochila y viajar por nuestro país. Empuja a los extranjeros a que vengan aquí y que se sientan cómodos, con garantías. No sé si será muy compatible con la debida seguridad o si se piensa, sobre todo, en salvar la temporada turística, la rentabilidad. La reconstrucción económica y social requiere el concurso de todos. Pisar firme y seguro. Porque la salud debe seguir siendo lo primero. Por encima de intereses partidistas.

La flexibilización es necesaria, pero vale más pecar de prudencia que de imprudencia, ya que la emergencia sanitaria continúa en pie. A pesar de todo, el fútbol volverá próximamente, aunque sea a puerta cerrada, y los hinchas gritarán «¡gol!», terapéutica palabra para millones de aficionados a la pelota. Se recuerda que el estado de alarma es imprescindible durante el proceso de desescalada, que puede acelerarse con el riesgo evidente para unos ciudadanos que parecen haber salido de prisión después de veinte años y un día.

No se puede pensar en los costes políticos del Gobierno, en los réditos electorales de cada partido y en los ataques permanentes de PP y Vox, sino que la protección de la ciudadanía es lo más importante. Esto implica diluir errores, contradicciones, la sobreactuación de la peor derecha posible, la presión social, empresarial y de los socios de la investidura del presidente. Sin embargo, la desconfianza en estas cuestiones no permite adquirir una mayor tranquilidad en todo este panorama donde, inevitablemente, hay sol y sombras que alimentan unos u otros y determinadas personas que se dejan llevar por una euforia a veces desmedida.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats