Desde que se decretara el Estado de Alarma hemos sufrido un confinamiento obligatorio para salvar la vida. En estos días, en los que en las diferentes partes del territorio del Estado estamos experimentando una desescalada organizada, debemos tener la capacidad suficiente como sociedad para atender las necesidades sociales que ha generado este virus que, por otra parte, sigue en nuestras calles.
Hoy nos enfrentamos a una nueva realidad de la que no conocemos aún todas las dimensiones, pero que sin duda va a cambiar todos nuestros cánones. Nos enfrentamos a una "nueva normalidad", la han llamado, en la que tendremos que aprender a convivir con un enemigo tan mortal como invisible, que nos ha obligado a mantener una distancia social a la que no estamos acostumbradas y que nos está enseñando el verdadero valor de las cosas.
Nunca antes habíamos necesitado tanto un abrazo, un beso, una caña con amigos, una tarde en la playa, una excursión a la montaña, un vuelo a un rincón desconocido del mundo... Nunca antes hemos sentido tanta necesidad de conocer, de saber, de entender. Nunca antes habíamos vivido la despedida de nuestros seres queridos de una forma tan triste, sin poder vivir el duelo.
A cambio, hemos leído, viajado a través de la pantalla del ordenador, disfrutado de los que tenemos más cerca y valorado a aquellos que nos cuidan. Aquellos que dan la batalla con bata de médica, enfermero, auxiliar. Pero también con otros que recogen nuestras basuras, nos atienden en los supermercados o nos llevan la compra a casa. Esas personas que velan por nuestra seguridad, porque el derecho a la salud, por primera vez, se ha entendido como lo que es: el primer derecho de las personas. Porque sin salud no hay economía, no hay sociedad, no hay vida.
Ante las caceroladas, los aplausos de las ocho en agradecimiento a todos aquellos héroes y heroínas que han conseguido doblegar la curva. Nuestro trabajo, el de todas las personas, es ahora conseguir que los datos que nos advertían de miles de muertes diarias no vuelvan a copar los titulares de todos los medios de comunicación. La mascarilla, los geles hidroalcohólicos y la distancia social, en este proceso de desescalada, serán nuestras mejores aliadas.
