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Toni Cabot

Postales del coronavirus

Toni Cabot

Santa Marta ya no llora en La Vila

La Vila Joiosa es uno de los pueblos con mayor densidad de buena gente por metro cuadrado

La Vila Joiosa es uno de los pueblos con mayor densidad de buena gente por metro cuadrado. Basta con pasar un rato por sus calles o visitar sus fiestas para comprobar el nivel de hospitalidad de esta simpática localidad alicantina de inconfundible aroma marinero. La epidemia puso a toda la comarca contra las cuerdas. Su hospital tuvo que ampliar la Unidad de Cuidados Intensivos con metros de la zona dedicada a las consultas externas. De hecho, el centro hospitalario vilero fue uno de los focos que alertó de la llegada de ciudadanos a su segunda residencia por los albores de la Semana Santa. Para esquivar el colapso no hubo más remedio que derivar pacientes tanto a la privada -clínica Benidorm/IMED Levante- como a San Juan y a Elche. Ayer, pasado el mal trago, los datos reflejaban una realidad bien distinta: en la UCI permanecían solo dos pacientes y en las habitaciones se recuperaban otros dos. Tan alentador panorama, diametralmente opuesto al de hace un mes y medio, ya condujo a celebrar el 8 de mayo, fiesta de las Lágrimas de Santa Marta, con otro rostro. Pese a no poder acompañar a la patrona, había motivos de alivio por la evolución de la pandemia en la comarca, y también de orgullo por una serie de gestos nacidos en su interior. Entre estos últimos destaca «Puntades de vida», una iniciativa que dio continuidad en Villajoyosa a la labor de otra anterior, surgida en Benidorm, bajo la denominación «Yo Coso en Casa». El caso es que dos jóvenes vileros, Carolina Molero y Gabriel Rodríguez, pusieron interés en seguir contando y animando a un grupo formado por ochenta mujeres y ocho hombres que encontró en la confección de mascarillas una motivación especial. La encomiable y altruista tarea, además, les servía como terapia durante el confinamiento y alcanzó tal punto de implicación que ya suman alrededor de 50.000 piezas de protección.

Con material aportado por dos empresas vileras dedicadas a la venta de tejidos y toldos, «Puntades de Vida» sigue hoy en día elaborando esas caretas que se reparten en centros públicos y a través de la oficina de Turismo del pueblo. Además, las abnegadas costureras plasman con detalles en el diseño su devoción al milagro de La Vila, conocido como «Las Lágrimas de Santa Marta», acontecimiento que tuvo lugar el 8 de mayo de 1653, cuando la imagen de madera de la patrona vilera, según acta notarial de entonces, lloró dos horas coincidiendo con la firma de Felipe IV autorizando la construcción de un pantano en Relleu, destinado a regar la huerta de Villajoyosa.

El confinamiento impidió este último 8 de mayo que los vileros pudieron rendir el tradicional tributo a su patrona. En cambio, sí pudieron disfrutar ese viernes de una sesión de música festera que Andrés Planells Ronda (hijo de Andrés Planells Palao, una de las mejores personas que quien esto escribe ha tenido el placer de conocer) hizo llegar a sus casas para recordar la efeméride. Este año, a esas alturas, Santa Marta no tenía motivos para derramar más lágrimas en La Vila Joiosa, esa tierra que sigue llena de buena gente.

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