Oímos continuamente el consabido argumento de que el sector turístico no aporta valor añadido. No genera empleo "de calidad". No es sostenible. El ministro de Consumo se ha encargado de recordárnoslo. Hay que revertir la balanza a favor de la industria y la innovación, añaden siempre los que lo saben todo (y no arreglan nada).
Pues permítanme que les diga que por supuesto que hay que impulsar la industria como motor de crecimiento, pero la dependencia de la economía española del sector turístico, con creces muy por encima de la media de la OCDE, no es responsabilidad de los empresarios de este sector. Lo que sí es responsabilidad suya es que la Organización Mundial del Turismo sitúe a España en primer lugar en su ranking de competitividad. Lo que sí podemos achacarles son los 67.344 millones de euros que aporta a la economía del país. Culpémosles a su vez de que el capital de la mayor parte de las empresas del sector permanezca en manos españolas. Por favor, busquen en otro sitio a los culpables, y hablemos si quieren de la carga fiscal que repercute en la competitividad de nuestra industria.
También la innovación es indispensable para nuestro desarrollo socioeconómico. Pero no es ajena al turismo. Le aconsejo al Señor ministro que hable con el secretario autonómico Francesc Colomer, un ejemplo de conocimiento profundo del sector y gestión pública eficaz, y podrá contarle algo de la apuesta pública decidida por los destinos inteligentes en apoyo de las empresas del sector que se está haciendo en la Comunidad Valenciana.
Continuamente se habla también de la precariedad laboral del turismo, pero no se recuerda el hecho de que ser intensivo en mano de obra supone puestos de trabajo. Se habla de turismo de masas, pero no se tiene en cuenta que la versión opuesta es un turismo elitista al alcance de pocos. Se habla de impacto medioambiental, pero no se mencionan los 300 millones de euros que en los últimos cuatro años la planta hotelera de la Provincia ha invertido en energías renovables y eficiencia energética.
Las declaraciones del ministro son todavía más sorprendentes en el contexto de crisis. Cuando vienen mal dadas, aquellos que desde la filosofía contemplativa dan lecciones suelen rápidamente reconducir su criterio hacia lo práctico, a sabiendas de que el empleo y la economía real son lo que sustenta la sociedad. No es este el caso. Durante esta durísima crisis los empresarios no sólo nos enfrentamos a la Covid-19, sino que tenemos que luchar contra algunos políticos que se empeñan en cerrar empresas. A éstos, es preferible pedirles que se estén quietos y no hagan nada, pese al coste que suponen para todos nosotros, porque cada vez que lo hacen es para dañarnos. Espero que como sociedad seamos capaces de analizar consecuentemente este coste en algún momento no muy lejano.
Por ello afirmamos que las declaraciones del Ministro de Consumo tildando al sector turístico de precario y con poco valor añadido, están basadas en la ignorancia y la irresponsabilidad. Me sorprende el hecho de que alguien con ese cargo sea incapaz de prever las consecuencias de unas manifestaciones de este tipo, en un momento tan complicado como el que atraviesa el sector, y que carezca de la mínima empatía hacia las personas cuyo trabajo depende de su recuperación. Estas declaraciones, además, pierden de vista la transversalidad del sector y su impulso de subsectores que tanto están padeciendo como el comercio físico y la hostelería.
Sus afirmaciones son irresponsables porque ponen en tela de juicio el principal motor económico español, especialmente en la provincia de Alicante, en un momento en el que el Gobierno debería dedicarse a defender la posición de España en la definición de los corredores turísticos de la UE, en lugar de dar munición a intereses contrarios a los de nuestro país, que pretenden socavar la posición de liderazgo antes mencionada.
Las empresas, la sociedad entera, exigen más prevención y menos restricción. Es imprescindible para salvar empleos y empresas que en esta desescalada las Instituciones Públicas transmitan seguridad y control, especialmente para los sectores más afectados como el turismo, el comercio o la hostelería. Desgraciadamente el virus va acompañar nuestro día a día mucho tiempo, pero de nuestra preparación ante su evolución y ante posibles rebrotes depende nuestro futuro a corto y medio plazo. Los países que mejor están gestionando la pandemia son aquellos que se están centrando en soluciones basadas en la tecnología, la innovación y la digitalización. No en legislaciones incomprensibles y cambiantes.
Sirvan estas palabras para manifestar el apoyo incondicional de CEV Alicante al sector turístico de nuestra provincia y de toda la Comunidad Valenciana. El turismo alicantino sobrevivió a la crisis de 2008, superó con éxito el grave problema del Brexit, está luchando ahora contra viento y marea para superar la crisis de la Covid-19, y lo conseguirá, pero€¿Será capaz de sobrevivir a este Gobierno?
