Quiero expresar mi inquietud como propietario de un bar en el barrio de Alicante donde estoy establecido. Digo larga tradición ya que fue inaugurado por mis progenitores el año 1956 del pasado siglo y ante la situación creada por la pandemia que padecemos. Personalmente, al igual que a todo el sector hostelero de la ciudad, me preocupa el futuro de nuestros negocios, que absorben numerosos puestos de trabajo. Si el problema del Covid19 se prolonga, muchos negocios cerraran lo cual supondrá la pérdida de muchos de estos puestos. Esto hace que estemos preocupados con la desescalada. En fase 1, los bares podrán abrir manteniendo el 50% de su capacidad tanto en el interior como en terrazas. Muchos de estos locales por su situación no tienen terrazas y no podrán abrir. Alicante es una ciudad turística que con su clima y luminosidad invita a tener una relación social a pie de calle impropia de ciudades y pueblos de otras latitudes y no se entiende la negativa municipal a abrir terrazas en las fachadas de los establecimientos, no solo en las aceras sino también en la calzada en zona de aparcamiento de coches, tal y como se hace en otras ciudades de nuestro entorno; San Juan, Muchamiel, Santa Pola, etc. Naturalmente evitando abusos de masificaciones y suciedad en la vía pública, que con tanta razón molesta e incordia a los vecinos. Todo siempre con orden respetando la normativa de horarios, limpieza y ruidos. No se trata de crear guetos de ocio como ya existen varios en nuestra ciudad, simplemente se trata de que muchos bares y cafeterías situadas por los barrios de nuestra ciudad puedan subsistir manteniendo los negocios y los puestos de trabajo, que no son pocos.
