Mira por dónde el virus que nos acongoja tiene algún punto positivo. Algo que apunta a saludable. Quizá solamente sea fruto de mi ingenuidad... Nos recomienda el denostado Gobierno que deberíamos consumir más productos nacionales. Me parece muy bien. Y no lo digo por un falso patriotismo, resalto la petición del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que además de velar por nuestros agricultores y ganaderos, por nuestros pescadores -según elogios europeos-, promueve un consumo saludable. Porque nuestro país es uno de los más importantes productores de frutas, verduras, legumbres, rico en ganadería bovina, ovina, porcina, granja avícola y con una gran flota de pesca de altura y de proximidad. Lo tenemos casi todo y cerca, lo que representa consumir productos con gran ahorro de energía y evitar la fuerte contaminación que comporta la importación desde tierras lejanas. Una batalla para ganar al peligroso cambio climático.
El reclamo ministerial no quiere anunciar una vuelta a la autarquía, al aislamiento económico, un rechazo a lo extranjero. Es un llamamiento reivindicativo de nuestro patrimonio, a la vez que un razonamiento contra un consumo de productos fuera de nuestra temporada. Además, puede ser un modo para advertir la precariedad de los productores de muchos países que ganan una miseria explotados por grandes corporaciones que los esclavizan, caso conocido de los pequeños países caribeños, los de los monocultivos de Centroamérica, donde las llamadas plataneras «gobiernan» pueblos, controlan maras y mafias, ponen y quitan gobiernos, etc.
El Gobierno solicitaba a las cadenas de supermercados y grandes superficies, días antes de iniciarse la «desescalada», que priorizasen los productos españoles y los colocaran en lugares destacados, los de los productos «estrella», los que mejor se ven. De esta forma ayudan a paliar el paralizado mercado de los alimentos «que más han sufrido por el cierre de bares y restaurantes» a causa de la pandemia. Luis Planas, natural de una región exportadora de la huerta más solicitada de Europa, conocedor del sector tras ejercer diversos cargos en instituciones continentales, convocaba a las patronales del sector alimenticio para proponerles esta estrategia.
Durante esta citada reunión telemática, los representantes ministeriales animaron a los ejecutivos de Asedas (Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados.), Aces (Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados) y Anged (Asociación Nacional Grandes de Empresas de Distribución) a promocionar los productos españoles. Las tres reúnen a las empresas que prácticamente copan el mercado hispano. La primera de ellas manifiesta que cubre el 67,6 por ciento de la comercialización de productos de alimentación del país, con 19.500 puestos de venta; que en esas tiendas trabajan 262.000 personas; que facturan 53.000 millones de euros al año y ocupan una superficie de doce millones de metros cuadrados.
El director general de Asedas, Ignacio García Magarzo, ha señalado que «España es el primer productor de muchas categorías a nivel europeo y nosotros valoramos la proximidad». Y las tres asociaciones han mostrado su apoyo. Es de destacar que ellas venden la producción de 750.000 agricultores y pescadores, manejan el producto de unas 3.800 cooperativas y distribuyen mercancías por un valor superior a 95.000 millones de euros, según fuentes del sector.
De nuestro país parte para Europa cada año una cosecha valorada en más de 50.000 millones de euros. Si adquirimos géneros cultivados en España, por proximidad, produciremos menos contaminación, ahorraremos en transportes y dinamizaremos un mercado muy debilitado por la pandemia del Covid-19. Al tiempo que contribuiremos a combatir el cambio climático. Al menos sacaremos algo positivo de la catástrofe.
