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Tribuna

Carta abierta a Francesc Colomer... y otras autoridades

Estimado Sr. Colomer y otras autoridades, como ya saben la atracción por residir en nuestra costa es tan antigua como el origen de las civilizaciones occidentales y, generación tras generación, ha ido enraizando en nuestro territorio un sentimiento de pertenencia que ha configurado una personalidad única, una forma de ser y de estar en el mundo que es parte de nuestro acervo cultural y que se caracteriza por la luz, la libertad, la salud, la felicidad y la hospitalidad que nos da nuestro clima.

El primer ejemplo documentado lo tenemos en la colonia romana Ilici Augusta y en la conocida como Tabula de Ilici, una auténtica reparcelación de época en la que sobre una placa de bronce, jubilados de guerra de las legiones romanas procedentes de todos los confines del imperio, se repartían las tierras para vivir y retirarse en paz.

Como hasta ahora y siempre, otros le siguieron, y los que dudaban eran atraídos irremediablemente. Este es el caso de Ulises y los cantos de sirenas, o el del poeta castellano Bretón, quien ya hablaba de las bonanzas climatológicas de Alicante, donde residía, describiéndola como «la millor terreta del món». Y desde entonces, quinientos millones de europeos sueñan con vivir en esta provincia.

No es de extrañar que la naturaleza, sabia siempre, sueñe como las personas. Millones de aves invernantes migran cada año de la fría Europa para buscar refugio en la eterna primavera alicantina, llegan en octubre y se van en mayo, pero vuelven siempre, como los turistas residenciales, que con su marcha veraniega se convierten en el contrapunto perfecto al denominado turismo de sol y playa, componiendo entre ambos un perfecto equilibrio armónico para la sinfonía coral del turismo en la provincia de Alicante.

Y desde entonces, como hasta ahora y siempre, muchas de estas aves ellas llegan y ya no se van nunca más, se convierten en residentes. La estacionalidad no es problema para ellas, como los flamencos en las Salinas de Santa Pola, cuya población ha experimentado un fuerte crecimiento hasta casi las 4.000 aves durante este año. Y el turismo residencial, emulando a la naturaleza, también elige a la Costa Blanca como su casa.

La costa es el más poderoso polo de atracción para el asentamiento de la población, es un fenómeno universal e irreversible, el magnetismo del mar y su efecto balneario, sanan la mente y sanan el cuerpo. Sólo en la Comunidad Valenciana, en la denominada franja litoral-cota 100, vive más del 80% de la población total en una superficie que supone únicamente el 26% del territorio, y produce el 85% de su PIB.

En la Costa Blanca viven regularmente unos 265.000 ciudadanos europeos que aportan una extraordinaria riqueza social, cultural y económica a la provincia. Sólo en términos de PIB, el turismo residencial ronda el 17% del PIB de la provincia de Alicante, y con total certeza el 100% de felicidad interior bruta.

El reciente Documento de Inicio del Plan de Acción Territorial de la Vega Baja elaborado por el Consell estima el impacto económico global del turismo residencial en la provincia de Alicante en 5.743 millones de euros anuales, una cifra que supera al valor añadido de la suma de la industria manufacturera y la construcción, y que es capaz de generar hasta 96.000 empleos.

La industria del turismo residencial distribuye una extraordinaria riqueza que proviene casi por igual, tanto por las divisas que llegan a través de las compras de viviendas por extranjeros, como por las que llegan a través del gasto de vida familiar de los residentes europeos en la provincia, estimado en aproximadamente 10.000 ? por residente/año.

En ventas de viviendas a extranjeros, la provincia de Alicante ejerce desde hace años el liderazgo en el ranking nacional, con una cuota de mercado del 20%, a bastante distancia de sus inmediatos seguidores, Tenerife y Málaga. En el ámbito provincial, casi la mitad de todas las compraventas que se producen corresponden a viviendas vendidas a extranjeros, con una cifra absoluta de 22.164 viviendas escrituradas en la Costa Blanca solo a extranjeros en 2019, que supuso el ingreso de 3.197 millones de euros, frente a los 1.132 millones de euros facturación del turismo hotelero en la Comunitat (extranjeros y nacionales).

Ese mismo liderazgo, tanto nacional como autonómico, se ejerce en términos de población residente europea en la provincia de Alicante. En las principales comarcas turísticas, dicha población alcanza hasta el 30% de la población total de cada comarca, como en la Vega Baja, estando las dos que le siguen, La Marina Alta y la Baixa, en porcentajes del 26,39% y 23,56% respectivamente.

Asimismo, la provincia cuenta con el mayor número de viviendas turísticas de España, 326.000, y en el ranking de España cinco municipios están en el top-ten: Orihuela, Santa Pola, Alicante, Benidorm y Torrevieja, que es la primera ciudad de España en viviendas turísticas.

El 74% de los pasajeros que llegan a la provincia por el aeropuerto duermen en una vivienda de su propiedad, en correspondencia, el 78% de las pernoctaciones de los turistas de la Comunidad Valenciana se realizan en vivienda propia, de familiares o amigos o de alquiler. Cada uno de esos turistas-residentes se fidelizan porque construyen un sentimiento de pertenencia con nuestro territorio, ese sentimiento arraiga el destino en turistas de más de 30 nacionalidades, que vuelven a sus países transformados en auténticos embajadores de nuestra Comunidad, de la marca España y del estilo de vida mediterráneo.

De los 14,1 millones de turistas que visitaron Alicante en 2018; cerca del 60% son del turismo residencial, esto supone 8,2 millones que se reparten entre 5 millones de turistas nacionales y 3,2 millones de turistas extranjeros.

En definitiva, Sr. Colomer y otras autoridades, cuando alguien se pregunta, ¿qué significa hoy el turismo residencial para Alicante?, directamente se plantea un dilema hamletiano, simboliza el ser o no ser de la provincia. Y el dilema, ahora y siempre, se resuelve con un silogismo: «la millor terreta del món» es Alicante y Europa sueña con vivir en «la millor terreta del món». Europa sueña con vivir en Alicante, en su casa, porque ahora y siempre, volveremos a nuestras casas.

(*) La Junta Directiva de Provia (Antonio Fernández, Pedro Javier Soliveres, Pablo Serna, José J. Montes, Juan Alcaraz, Asunción Soro, Manuel Pertusa, Javier Fur, Teresa Puchades, David Martínez, Luis Sirvent, Ovidio Pérez, Jordi Berenguer, José María Comín, Jerónimo Antón y Jesualdo Ros).

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