Según avanza la FELGTB, Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales, en este 2020 el Orgullo estatal tendrá lugar de manera telemática. La actual situación de confinamiento producida por el COVID-19 nos obliga a tomar medidas de distanciamiento social nuevas y las entidades sociales y el movimiento LGTB no estamos exentas de esta nueva realidad.
Hablar de Orgullo es hablar no solo de una manifestación que se produce una vez al año y que copa las calles de las grandes ciudades. Es hacerlo de un estilo de vida. Es hacerlo de un carácter de resistencia y resiliencia ante los ataques de quienes o no entienden, algo que se arregla con más viajes y lecturas, o no quieren entender, en este caso sin solución, que la diversidad no sólo ha venido en forma de pancarta y grito al cielo, sino que cada vez está más presente en la realidad social y cultural que vivimos en nuestras calles, centros de trabajo y entornos sociales y familiares.
Siempre he dicho que salir del armario es el acto más reivindicativo al que se puede enfrentar cualquier persona. Es romper con los cánones sociales y las imposiciones que estaban prefabricadas para un futuro que no era ni, por supuesto, es tuyo. Salir del armario hoy y desde hace unos años, concretamente desde el crecimiento de la extrema derecha y la radicalización de la derecha más extrema, se ha convertido en un acto de rebeldía propio de quien le grita al viento que, pese al miedo, se puede ser valiente.
Del 1 al 5 de julio saldremos de manera telemática a reivindicar nuestros derechos y libertades. Portaremos nuestras pancartas, alzaremos nuestra voz. Bailaremos al son de nuestra protesta y volveremos a remover las conciencias de aquellas personas que no nos entienden, que no nos respetan, que no nos quieren y nos atacan. No ocuparemos las calles, ocuparemos las mentes.
Lo haremos bajo el lema elegido para este año, reivindicando a las mujeres lesbianas, trans y bisexuales. Y lo haremos pese al miedo que intenta inculcarnos una extrema derecha cobarde que no se atreve a mirar al futuro de manera constructiva, sino atacando a lo diferente. Porque vivimos sin miedo a nada.
