No hay mejor aplauso que el reconocimiento social, político y económico a la clase trabajadora en general en estos momentos donde la pandemia por el Covid-19 ha recorrido el mundo y ha causado la muerte de personas de manera inesperada y al unísono ha afectado gravemente al tejido productivo, provocando que la incertidumbre y el peligro volviesen a interponerse en millones de puestos de trabajo, trayendo consigo que cientos de miles de trabajadores y trabajadoras se viesen abocados a falta de recursos frente a esta crisis.

En este Primero de Mayo traemos esos aplausos que cada tarde han puesto en valor el sentido de la solidaridad y la necesidad del encuentro de las personas. Han sido momentos para el reconocimiento de los trabajadores y trabajadoras de la sanidad, de los sectores esenciales como la alimentación, la limpieza, los medios de transporte, la seguridad y de todas aquellas actividades que hemos valorado como esenciales.

Desde UGT y CCOO hemos estado trabajando para que las consecuencias de esta crisis no corriesen el riesgo de la anterior, en la que algunos segmentos de la vida política y empresarial aprovecharon la ocasión para desmantelar derechos y deconstruir el estado de bienestar, brindando al son de las políticas más neoliberales, por ello, hemos estado trabajando para que los trabajadores, trabajadoras y las personas más vulnerables tengan la mayor protección posible.

Tenemos todavía en el cuerpo grabado la última crisis financiera y económica que arrojó al paro, a la pobreza, a miles de trabajadoras y trabajadores, que expulsó de sus hogares a miles de personas por la avaricia y usura bancaria, además de miles de personas que tuvieron que salir de nuestro país para poder vislumbrar un mundo más esperanzador, ya que la desigualdad y la precariedad laboral siguen marcando mayoritariamente las pautas de nuestra sociedad. Nosotras lo nombramos: capitalismo y patriarcado, los sistemas económicos y sociopolíticos que siguen produciendo pobreza, desigualdad y violencia contra las mujeres, mientras las élites siguen manteniendo su posición de poder y privilegio.

Desde CCOO y UGT, a través del diálogo social, hemos trasladado al Gobierno en todos sus estamentos, el valor de la protección del empleo y que las personas tienen que ser lo primero.

Por ello vimos que los ERTES, tanto de fuerza mayor como por causas organizativas, productivas o económicas, debían ser la herramienta para proteger tanto a las trabajadoras y trabajadores como a la viabilidad de las empresas, proponiendo desde el inicio que las plantillas fijas discontinuas y los eventuales, que forman parte significativa del perfil del mercado laboral en nuestras comarcas debían también incluirse en estas medidas.

Independientemente de ello, gracias a nuestra exigencia, hemos conseguido un subsidio extraordinario para cubrir aquellos empleos poco valorados -como el empleo doméstico-, realizado generalmente por mujeres que se encuentran con los vacíos legales de la norma, no teniendo derecho a una protección por desempleo, debido a que España no ha ratificado aún el convenio 189 de la OIT. Pero no solo eso, la ruptura social que todavía padecemos y la irresponsabilidad empresarial de aquellos que hacen suya como práctica habitual la economía sumergida, dejan en el desamparo a un gran número de personas que solo tienen como supervivencia las ayudas públicas como la renta mínima que venimos reclamando desde el momento en el que presentamos una Iniciativa Legislativa Popular en el Congreso.

Esta situación de emergencia sanitaria nos hace reafirmar con énfasis las reivindicaciones que ya veníamos realizando desde CCOO y UGT en relación a la dotación y fortalecimiento del sistema de servicios públicos como pieza fundamental del estado de bienestar que hemos venido construyendo. Esos servicios públicos que son el medio para hacer frente a situaciones imprevistas de dimensiones inesperadas, viéndose desbordados, teniendo esto consecuencia tanto en la salud como en el proceso de cobro de prestaciones.

En este primero de mayo, exigimos que impere la ética empresarial, porque estamos sufriendo despidos injustificados, muchos de ellos se han producido en el período de prueba, la falta de proporción de los equipos de protección necesarios para la protección de la salud y la prevención de contagios, con especial incidencia en los sectores sanitario y de atención a los cuidados, lo que nos lleva a reclamar y poner en valor todas las medidas contempladas en la ley de protección de riesgos laborales.

Tenemos la oportunidad de reconstruir un nuevo mañana, que pueda configurarse teniendo en cuenta el reparto de la riqueza y la prosperidad global, somos conscientes que queda mucho por hacer, pero no cejaremos en proponer mecanismos de ajuste temporal del empleo el tiempo necesario y no más allá para sostener nuestro tejido productivo y la supervivencia digna de las personas trabajadoras.

Y desde aquí lanzamos un mensaje a quienes no lo sepan o no lo quieran reconocer, el sector productivo tiene unos protagonistas esenciales que somos las trabajadoras y trabajadores, la mayoría de ellos organizados en sindicatos de clase como UGT y CCOO, por eso cada propuesta, cada plan de futuro debe contar con la voz y representación de los trabajadores y las trabajadoras.

Somos defensoras de la negociación y de poner en valor los acuerdos y pactos con todos los entes implicados para construir el bien común; en Alicante, ya hemos suscrito varios manifiestos encaminados a esta razón de recuperación social y económica.

En esta reconstrucción del día después, necesitamos determinar las líneas de un nuevo modelo productivo y social que siempre hemos reivindicado y que la crisis del coronavirus demuestra que es inaplazable, que debemos fortalecer nuestros servicios públicos, nuestra industria, apostar por recuperar la ciencia y la investigación, por diversificar nuestro turismo y por el desarrollo medioambientalmente sostenible para dar cumplimiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Así que hoy Primero de Mayo de 2020, conmemoramos este encuentro mundial de la clase trabajadora sabiéndonos protagonistas del funcionamiento del mundo, conocedoras de nuestras debilidades y el camino para fortalecernos, esperanzadas en que este mundo no pierda la oportunidad de generar otras condiciones de vida más saludables para todos y todas. Berta Cáceres antes de ser asesinada en una de sus miles de intervenciones hizo un llamamiento a la humanidad para que despertara porque ya no queda tiempo, el coronavirus nos ha dado un fuerte golpe que ha causado la muerte, soledad y pobreza en muchas personas. Esperamos que la política determine cuantas medidas sean necesarias, aún a riesgo de ser acusados como bolivarianos o comunistas. Reivindicamos así Trabajo y Servicios Públicos, otro modelo social y económico es necesario.