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Tiempos difíciles... y de oportunidades

Estamos ante un cambio de era, esta situación nos está empujando a nuevo tablero de juego

No quiero dejar pasar la oportunidad para agradecer enormemente la labor que están desarrollando nuestros sanitarios, día a día, luchando contra este dichoso virus en primera línea de ataque, poniendo en riesgo sus vidas por todos nosotros. GRACIAS.

Ahora bien, cuando esta situación mejore, nuestras empresas y negocios deberán seguir ofreciendo los mismos bienes y servicios que ofrecían hasta ahora pero, ¿de la misma forma?, ¿qué sociedad nos vamos a encontrar?, ¿la misma?, ¿lo creéis?, nuestras costumbres diarias, nuestros hábitos de comportamiento, ¿van a seguir siendo los mismos?, pues creo que no.

Llevamos varias semanas de confinamiento en nuestras casas, en muchísimos casos teletrabajando, utilizando las diferentes aplicaciones informáticas que hay a nuestro alcance para seguir realizando nuestras compras, desde la adquisición de bienes de primera necesidad hasta la cinta de correr para poder seguir haciendo el ejercicio físico que hasta antes de esta situación hacíamos libremente por las calles.

¿Y quién nos iba a decir que terminaríamos utilizando estas aplicaciones de consumo?, pues si, la situación "aprieta", y ya sabemos que, no funciona del todo mal, desde casa y sin tener contacto con nadie, algo fundamental en estos días, tienes todo lo que necesitas de manera inmediata, y no es necesario un gran despliegue tecnológico para poder llevarlo a cabo, con un simple mensaje por Whatsapp con nuestro tendero de confianza, de inmediato tenemos realizada la compra de la semana y en casa, así de fácil.

Cuando la situación lo permita, intentaremos volver a la normalidad con nuestras vidas, con las mismas rutinas, visitaremos los comercios cercanos para realizar nuestras compras habituales pero, con cierto miedo, sobre todo al principio, ya que intentaremos evitar el contacto físico con otras personas, aleccionaremos a nuestros hijos y a nuestros mayores cercanos, para que no corran riesgos, y en realidad, lo que ha ocurrido es que hemos cambiado, ya no somos los mismos, todo ha cambiado.

Estamos ante un cambio de era, esta situación nos está empujando a nuevo tablero de juego, pero no tiene porqué ser peor que el que teníamos, sino que es diferente. No debemos lastimarnos y maldecir lo bien que iba el comienzo de año y ahora sea ha ido todo "por la borda", ¡¡¡NOOOO!!!, debemos ser proactivos, creativos, innovadores y poco sentimentales con nuestros negocios, ya que las empresas no entienden de sentimientos, por lo que los planteamientos que realicemos deben ser sensatos, reales y/o drásticos si la situación lo requiriera, pero esto no quiere decir que hayamos fracasado, sino que una etapa ha terminado y debemos comenzar una nueva.

Claro que tenemos problemas de liquidez, claro que las medidas que está adoptando el Gobierno para mitigar la difícil situación por el que están pasando las empresas y autónomos a todos nos parecen insuficientes, pero no podemos esperar que sean ellos los que nos ayuden, los que nos gobiernan priorizan el destino de fondos estatales a otros segmentos del sistema que les son más rentables electoralmente, ellos viven en otra realidad, nunca han estado al frente de una empresa, no saben lo que es pasar situaciones de estrecheces financieras, y sobre todo, la poca capacidad de gestión que nos transmiten a diario tampoco genera esa confianza en el sistema que tan necesaria es en estos momentos.

Qué escenario tan ideal sería aquel en el que "nos dejaran hacer", sin que nos estuvieran interviniendo continuamente, sobre todo desde el plano laboral, tributario y social, teniendo libertad total para tomar las decisiones que consideremos necesarias sin tener que predecir en todo momento qué "capricho normativo" van a publicar que nos pueda afectar directamente a la línea de flotación de nuestras empresas y negocios, pero esto no va a ser posible, y menos en los tiempos que vivimos.

Por todo esto, debemos ser los pequeños empresarios y autónomos, como en muchas otras ocasiones, los que saquemos la situación adelante, aunque la ambigüedad nos invada por los cuatro costados.

La situación es compleja y de gran incertidumbre, pero debemos levantarnos todos los días y pensar qué puedo hacer hoy para aportar valor a mis clientes, qué es lo que necesitan en esta nueva era, y qué cambios debemos introducir de inmediato; porque hay que adaptarse a la situación, haciendo cosas diferentes y focalizando todo nuestro esfuerzo en lo que realmente importa, sin titubear, ya que el mayor valor que tiene una empresa es el tiempo, y ya lo estamos perdiendo.

Los próximos meses serán tiempos de despidos de empleados, de solicitud de concursos de acreedores, de cierres de empresas, y como no, de subida de impuestos, pero son situaciones que cualquier empresario o autónomo, tarde o temprano, tendrá que superar, "forma parte de nuestro yo" y hay que afrontarlas con total normalidad pero con los objetivos bien definidos y bien planificados.

Hay que poner a nuestro alcance todas las herramientas tecnológicas que nos permitan alcanzar los objetivos que nos marquemos con el menor esfuerzo posible, ya que estamos en un entorno digital, y las empresas más avanzadas tecnológicamente son las que van a seguir adelante con menor dificultad.

Se debe aplicar a todo tipo de empresas y negocios y de cualquier sector, porque hay muchos procesos que se pueden acortar y nos van a hacer que seamos más competitivos y sobre todo más visibles, acompañados de unos niveles de inversión infinitamente inferior a los que estábamos acostumbrados, el ejemplo más evidente y que ya nadie puede discutir es el incremento de las ventas online frente a las ventas tradicionales, por lo que el posicionamiento a pie de calle comienza a dejar de imprescindible.

Vamos a ponernos manos a la obra en este nuevo escenario, ante la necesidad de acelerar la transformación digital, tenemos que aprovecharlo: estamos sobradamente capacitados. Y si algo nos caracteriza al tejido empresarial, pequeño y autónomo, español en general, y el alicantino en particular, es nuestra gran capacidad de adaptación y de esfuerzo y nuestra gran capacidad de resurgimiento de las situaciones difíciles.

Salgamos de nuestra zona de confort y afrontemos el reto, este maldito "bicho" nos va a permitir reinventarnos y salir muy fortalecidos, tenemos que creerlo, seamos positivos, innovadores, implantemos modelos de negocios disruptivos, motivemos a nuestros equipos, necesitamos equipos autocríticos que aporten valor en la empresa, colaboremos entre nosotros, aprovechemos al máximo las tecnologías, interioricemos que este es el impulso que nos faltaba para avanzar en el entorno digital y pensad en esta frase habitual en tiempos de crisis "cuando unos lloran, siempre hay otros que les venden los pañuelos", ¿en qué lado queremos estar?.

Elda, 18 de abril de 2020

(*) Fran Mira Ñíguez es economista-auditor

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