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Opinión

La Vega Baja, Distrito Digital Agroalimentario

Entre los proyectos seleccionados en la reunión telemática celebrada la pasada semana por la comisión técnica del Plan RENHACE que, por delegación expresa de Ximo Puig impulsa la directora general de Políticas Públicas, Ana Berenguer, figura el denominado «Agricultura inteligente», consistente -dicho sea en corto y por derecho- en un nuevo modelo orientado a la identificación, predicción y mejora de los cultivos bajo las distintas condiciones de estudio, utilizando la inteligencia artificial. Nace la idea de varias sesiones de trabajo que -como consecuencia de la DANA- tuvieron como escenario ese cenobio del talento que es Torre Juana, desde el entendimiento de que las inversiones y ayudas que «por derecho solidario» -término acuñado por el profesor Pedreño- corresponden a la Vega Baja, debían ser no sólo paliativas sino un instrumento y una oportunidad para afrontar la modernización de la comarca y hacer de este territorio una ambiciosa apuesta de futuro que en sus sectores más representativos sea referencia internacional. Sin olvidar, como es obvio, la invertida reivindicación del agua necesaria para las cosechas.

Pero la pandemia del coronavirus nos sitúa en la necesidad de posicionarnos cara a la nueva realidad y reaccionar antes de que sea tarde. Porque si, como algunos economistas han empezado a considerar, en los próximos meses puede surgir en Europa un importante problema con los bienes agrícolas, parece conveniente planificar y diseñar ya escenarios que aborden la nueva situación. Es decir, esta crisis debe servir para poner en valor el modelo de la Vega Baja, incrementar su eficiencia y producción y que, al mismo tiempo, facilite a la Comunidad Valenciana un espacio de referencia internacional en el ámbito de la agricultura. Partiendo del concepto de acción integrada aplicable a un medio natural sostenible, cabe entender la comarca como entorno natural de futuro -«Huerta de la Vega Baja, Huerta de Europa»- donde la atracción de talento y el impulso emprendedor resulte fundamental para modernizar y transformar digitalmente sectores y empresas.

Para muchos expertos, existen dos vertientes absolutamente cruciales respecto al medio natural y la agricultura que deberán acometer todos los países y las regiones del mundo: la reconstrucción del medio natural con el apoyo y contribución de una agricultura sostenible; y la regeneración de los suelos, a efectos de hacer frente al cambio climático. Fuera de duda está ya la importancia de la nueva revolución tecnológica agrícola que surge de la aplicación de la Inteligencia Artificial a la agricultura y la agroindustria.

En el proyecto que comentamos, la reconstrucción del medio natural tendría entre sus objetivos prioritarios: concebir la Huerta de la Vega Baja como un espacio de valor tanto en su producción agrícola, su patrimonio paisajístico y su contribución a la sostenibilidad del planeta. Potenciar la optimización de recursos de la Huerta de la Vega Baja en sus componentes lúdicos (paisajismo, turismo, huertos urbanos) que se sumen positivamente a las estructuras existentes en la actualidad, respaldando e incentivando las buenas prácticas de los agricultores. Ofrecer facilidades e incentivos a cultivos inteligentes y sostenibles. Ayudar a una regeneración de tierras y del ecosistema que se adapte de forma más óptima a las características climáticas de la comarca, a efectos de minimizar impactos de DANAs, gotas frías, etc. Diseñar un Plan Territorial para el conjunto de la Vega Baja y un manual de buenas prácticas que permita situar este territorio como referente de conocimientos avanzados aplicados en agricultura, medio ambiente y en las vertientes turística, gastronómica, lúdica?

Por lo que respecta a las tecnologías aplicadas a la agricultura, el proyecto tiene como objetivos prioritarios: transformación digital del sector agroindustrial de la Vega Baja, poniendo el foco en la aplicación de las tecnologías más avanzadas (Inteligencia Artificial, Big Data, Internet de las Cosas, Blockchain, 5G, robótica?) y tomando como referencia las mejores prácticas internacionales de la denominada «agricultura de precisión» a efectos de optimizar la utilización de recursos y su productividad. Fomentar e incentivar el fortalecimiento y competitividad de la agroindustria 4.0: trazabilidad, automatización, personalización de productos, nuevos canales, logística y transporte inteligentes.

En definitiva, se pretende crear en la Vega Baja un Polo Digital especializado en torno a las tecnologías aplicadas a la Agricultura y el Medio Natural, incentivado por pruebas de concepto en la propia agricultura para emprendedores y startups. Esta idea ha sido perfectamente entendida por la consellera de Innovación y Universidades, Carolina Pascual, perfectamente asesorada por dos personas con visión y capacidad, su director general de Agenda Digital, Pedro Pernías, y el máximo representante de Distrito Digital de la Comunidad Valenciana, Antonio Rodes. Si todo marcha como debe, este mismo año el proyecto modernizador de nuestra agricultura puede empezar a caminar.

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