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Balance y decálogo de propuestas en la emergencia social

Desde el primer día Compromís ha ofrecido su colaboración en esta crisis al gobierno municipal. A nivel institucional los concejales nos hemos brindado de forma leal para ayudar en todo lo posible, lo hacemos por convicción y por responsabilidad, pero la cristalización de esta colaboración está plagada de luces y sombras. En concreto el apartado de la emergencia social es un territorio oscuro a causa de la incapacidad de la responsable de la Oficina Municipal de la Emergencia Social (OMES), la concejala Julia Llopis, de entender el significado de los valores de la cooperación y la coordinación; y desgraciadamente no solo con nosotros.

Más allá de sus reticencias a la colaboración, resulta más grave el colapso de la OMES, su incapacidad para reconocer errores y su inflexibilidad para variar aquello que no está funcionando. Un fracaso en la respuesta social, a pesar de los recursos económicos que se están destinando, debido a la incapacidad de organizar, coordinar y cooperar en la emergencia social.

La OMES no puede dar respuesta a la situación actual si sigue funcionando como un compartimento estanco desligado de otras áreas municipales. Ha sido muy torpe y tendrá graves consecuencias convertir en enemigos a buena parte del asociacionismo, vecinal, solidario o sectorial; en lugar de legitimarlos como los mejores aliados del Ayuntamiento para llegar a todas las familias que urgen de respuestas inmediatas a sus necesidades básicas.

Además del abandono y recortes de los servicios sociales por parte de los sucesivos gobiernos de derechas que han afectado a la labor de realizar un trabajo comunitario que fomente la cohesión social que rompa el modelo de ciudad dual, en estos meses de alerta sanitaria y se ha agrandado aún más la brecha emocional y social de la Zona Norte con la ciudad y su sensación de abandono por parte del Ayuntamiento. Terrible la falta de empatía con el tejido asociativo que quiere colaborar y no le dan instrumentos e instrucciones para hacerlo; y a eso hay que sumarle declaraciones y actitudes cargadas de aporofobia por parte de la concejala; negarse a convertir la OMES en una oficina transversal con la participación de otras áreas municipales; o la guerra absurda contra el Botànic, a costa de mentir y no aprovechar la predisposición de la Conselleria de Polítiques Inclusives para situar Alacant como ciudad prioritaria en la emergencia social. Un coflicto tan absurdo que le lleva a perder 4 meses al año el personal subvencionado por la Conselleria a pesar de la casi perenne falta de personal en Acción Social.

Pero no nos vamos a quedar en la crítica, vamos a seguir formulando propuestas. Aquí presentamos un Decálogo de medidas, unas de extrema urgencia y otras de mayor recorrido, porque esta situación va a alargarse:

1-. Apertura de la OMES a la transversalidad municipal y admitir la participación y colaboración de la oposición.

2-. Abrir de forma inmediata la atención al público de determinados Centros Sociales enclavados en los distritos más vulnerables de la ciudad, garantizando las medidas de protección al funcionariado municipal. Un paso imprescindible para acelerar la gestión de las Ayudas de Emergencia Social y la Renta Valenciana de Inclusión.

3-. Apertura de Puntos Municipales de Coordinación del Reparto de Alimentos en las zonas de mayor vulnerabilidad social. Puntos con supervisión y control técnico, que trabajen coordinados con las entidades del territorio y sean capaces de detectar en el entorno las situaciones de urgencia en primeras necesidades. Y creación de Puntos de Información sobre las distintas ayudas y los trámites para poder solicitarlas.

4-. Impulso político al desarrollo e implementación del Plan de Inclusión Social y una nueva fase del Plan de la Zona Norte.

5-. Creación de bolsa de ayudas al Pago del IBI para familias vulnerables.

6-. Comunicación y colaboración con los colegios de la ciudad, complementando la labor de la Conselleria de Educació, para recortar la brecha digital y el acceso al material de la infancia y adolescencia en las familias vulnerables. Permitir el uso de los centros escolares para actividades comunitarias.

7-. Situar en la agenda política el problema de la vivienda. Coordinar con el resto de las administraciones la situación del parque público de vivienda de la ciudad, así como el desarrollo de un Plan Estratégico de Vivienda y medidas urgentes para ampliar el parque de vivienda social y garantizar recursos en las situaciones de urgencia habitacional.

8-. Habilitar un Plan Municipal para las personas sin hogar, apoyando el proyecto Housing First y la labor de las ONGs y la puesta en marcha de un Centro de Baja Exigencia municipal.

9-. Convocar ayudas para las entidades del tercer sector solidarias que van a necesitar apoyo para seguir llegando allí donde las administraciones no alcanzan.

10-. Reforzar la incorporación de la mirada social en la contratación y ayudas públicas en un momento donde va a haber un elevado repunte del paro y la extrema precariedad va a golpear a muchas familias.

Este es nuestro balance y propuestas sobre la respuesta municipal a la emergencia social. Es negativo, pero no perdemos la esperanza en que se abran con nitidez espacios de cooperación donde podamos aportar nuestras propuestas, elevar nuestras críticas y poder atender mejor a tantas asociaciones y a la ciudadanía que acuden a nosotros en busca de respuestas y soluciones.

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