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Toni Cabot

Postales del coronavirus

Toni Cabot

Cariño virtual

Milagros sonríe. Tiene 93 años y sonríe. Padece alzheimer, tiene 93 años y sonríe. Vive en una residencia de ancianos por la Albufereta alicantina, tiene 93 años, está atrapada por el alzheimer, pero sonríe. En estos tiempos todo eso junto abre la puerta a la emoción, por eso merece la pena desgranarlo y repetirlo. He visto unas cuantas veces un video en el que Milagros aparece sonriente, saludando y bailando para su hijo, Jesús, a través de una video-llamada, a quien reconoce como familiar porque, desde tiempo atrás, Jesús repite un guiño particular: le muestra la lengua. Y he visto otro vídeo en el que Milagros posa junto con compañeras y compañeros de residencia y los sanitarios que les cuidan, y mueve los brazos al ritmo de los acordes del «Resistiré» del Dúo Dinámico, en esa última versión que conocidos artistas españoles han grabado durante el confinamiento. También con esa pegajosa canción convertida en himno todos saludan y se mueven mientras sonríen. A esta residencia de Alicante no han llegado las pruebas del test para detectar la Covid-19. Cuentan que ya están en Zaragoza y en Murcia; también en algunas residencias de Valencia, pero por aquí todavía no se ha dado esa suerte. La dirección del centro continúa esperando mientras el personal se esfuerza en ofrecer a sus mayores la mejor sonrisa y calidad asistencial, adaptándose a la normativa con los protocolos de actuación para actuar en caso de alarma. Pero las pruebas que tiene que enviar la Administración para tener una visión más precisa de la situación siguen sin aparecer. Entretanto, la gerente vive con el nudo en la garganta, confiando en mantener la tranquilidad que ahora reina en el lugar, donde no se han detectado casos de coronavirus. Es una de las pocas residencias de la zona que ha esquivado la epidemia, posiblemente por haber adoptado medidas preventivas antes que ninguna otra. Cuando sonó la primera alarma en Madrid, cerraron sus puertas y cortaron cualquier contacto directo de los familiares con el interior. Esa decisión resultó providencial. Desde entonces, la tecnología ha sustituido las funciones del contacto presencial, el cariño virtual ha asumido las funciones de la piel y la cosa funciona. Y en unas horas todo quedará preparado para el día de la Madre, celebración que tendrá lugar el próximo domingo. Mensajes e imágenes de hijos, nietos, biznietos y familiares directos aparecerán en un vídeo preparado para ese día en el que Milagros volverá a sonreír cuando aparezca alguien sacándole la lengua. Y sus compañeras de centro también.

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