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Situaciones y paradojas

La lucha de todos los ciudadanos contra el virus

Lo realmente extraordinario se realiza con personas ordinarias.

Querer es poder.

1. Vivimos una situación excepcional creada por un virus, es decir, por un trozo mínimo de material genético, moléculas de ADN o ARN que codifican la formación de proteínas mediante las cuales el virus actúa como patógeno infectando las células de cualquier organismo vivo. Los virus pueden infectarlo todo, animales, plantas y microorganismos, incluidas las bacterias. Históricamente, se describieron por primera vez en 1892, cuando se mostró que un patógeno no bacteriano fue capaz de infectar las plantas de tabaco. El hecho de que los virus puedan infectar a las bacterias dio lugar al descubrimiento de uno de los mecanismos más prometedores de edición genética, denominado como CRISPR-CAS9. Fue nuestro compatriota Francisco Martínez Mójica quien, estudiando las bacterias de las salinas de Alicante, describió una serie de repeticiones de secuencias en el material genético de las bacterias, que denominó CRISPR. Estas provienen de infecciones víricas, y las bacterias las utilizan para recordar y detectar nuevas infecciones y neutralizarlas. Más tarde, investigadores americanos describieron la enzima CAS9, que, conjuntamente con las secuencias CRISPR, se utiliza para editar genes, en un mecanismo similar al de cortar y pegar en edición de textos. CAS9 son las tijeras. La primera reflexión es que quizás el origen de la vida, que son los virus y las bacterias, están poniendo nuestra civilización al borde del precipicio. La razón es sencilla: los virus son organismos simples que atesoran un gran poder en su sencillez, mientras que nuestro sistema globalizado se hace cada vez más complejo y, por lo tanto, endeble.

2. En el último viaje que realicé a Boston para visitar a mis colegas de la Universidad de Harvard conocí a un emigrante gallego que había vivido el huracán "Katrina" en la zona de Nueva Orleans. Lo que me contó durante el tiempo que duró el viaje hizo que no necesitase para nada mirar las películas que ponen en el avión. Me describió una situación apocalíptica debido al huracán que destruyó la ciudad de Nueva Orleans, con inundaciones kilométricas, sin agua potable, ni energía. ¿Se imaginan? No tener agua para beber, y que el fluido eléctrico desaparezca durante semanas sin capacidad de restablecerlo. Me comentaba que la cantidad de comida que pudrió en los frigoríficos hizo que el olor en muchas de las casas y de los edificios fuese insoportable. De hecho, este señor del que hablo, al ver que el huracán se aproximaba, intentó llegar a la casa de dos viejecitos americanos que lo habían albergado cuando él llegó a Luisiana, y que consideraba como sus padres americanos. Pues bien, la historia que me contó fue dantesca, y tuvo suerte de que una patrulla lo paró a tiempo y le ordenó dar la vuelta. Creo que ya lo escribí en el pasado: en los hospitales de Nueva Orleans los médicos tuvieron que decidir a quién evacuar y a quién no. La lección es la siguiente: ante una emergencia no cabe el consenso, sino el mando único. En estos momentos en que nuestro país atraviesa una situación de emergencia no caben las ideologías. Casado, con su discurso después de que el presidente de Gobierno pronunciara el suyo -a mi entender, con una gran claridad y contundencia-, se ha descalificado para ser algún día presidente del Gobierno. Yo no desearía que las riendas de este país pudiesen estar en manos de este bombero incendiario. Ahora el PP entenderá por qué la sanidad pública es un problema público de primer orden y no se puede tener a una gran parte de la población (los ilegales) sin sanidad. También entenderán que todos estos consejeros de Salud de la comunidad madrileña que han intentado cargarse el sistema nacional de salud, aparte de ser unos incompetentes, también distan mucho de ser patriotas. En cuanto al Consejo de Ministros y la imagen de Iglesias saltándose la cuarentena, solo tengo que decir "qu'il est un gros con", que no merece el puesto de responsabilidad que ocupa. Lo digo en francés porque suena mejor. Nadie es indispensable, y él menos. En cuanto a Torra y Urkullu, Zipi y Zape, me parece que han mostrado su verdadero talante. Así todo, Urkullu le da al otro visionario mil vueltas. La frase de Clara Ponsatí ("De Madrid al Cielo") deja claro que estos descerebrados son unos nazis. La Unión Europea no debería permitir esta bazofia en sus nóminas. Esta señora siempre ha tenido cara de hemorroide. Los virus y las pandemias no entienden de autonomías, y lo que toca es trabajar todos juntos coordinados contra esta pandemia. Y al que no cumpla, mano dura, inhabilitación o lo que proceda. Quien controla el Ministerio de Interior, las Fuerzas Armadas, la sanidad, las finanzas y la logística atesora el poder, y los demás son meros comparsas. ¡Así de claro, mangas cortas! Los españoles no podemos tolerar ser diferentes ante esta pandemia, bastantes agravios comparativos hemos soportado hasta el día de hoy. En cuanto a los demás presidentes de autonomías, estarían mejor callados apoyando a los profesionales sanitarios que están en primera línea. Las Fallas o la Semana Santa no pueden ser temas prioritarios: People, first! Mi humilde homenaje a estos profesionales desde esta tribuna: sois lo mejor que tenemos en este país. Y no hago distingos entre sanidad pública y privada, porque todos están arrimando el hombro. Felicito a nuestro presidente, Adrián Barbón, por las medidas adoptadas, adelantándose al resto de autonomías, sin ninguna estridencia, ni protagonismo.

3. En cuanto a la Universidad y al sistema educativo, toca trabajar a distancia cuidando a nuestros cachorros. Debemos proteger a profesores, alumnos, PAS y personal de limpieza y seguridad. Hoy en día se puede aprender por muchos métodos, incluso teniendo las universidades y los institutos cerrados. Toca también ser compresivo e intentar pasar este difícil momento. Tenemos que cuidar a nuestras empresas y a nuestros autónomos, y a los trabajadores que sufrirán esta crisis. Deberíamos aprovechar esta oportunidad para ser mejores como sociedad. El Gobierno tiene que adoptar medidas rápidas y ágiles, que ya se han adoptado en otros países, empezando por amnistías fiscales, en los impuestos y en las cotizaciones a la Seguridad Social. No se puede esperar. Ahí se miden los patriotas. Consumamos productos locales y cuidemos a los que tenemos al lado. Empecemos por ser solidarios manteniendo el orden en los supermercados y en las farmacias, no agotando productos que necesitan las poblaciones de riesgo. Algunos comportamientos me han dado vergüenza ajena. Esta historia me trae a la memoria el gran libro de Gabo: "El amor en los tiempos del cólera". La situación es crítica y el virus de la codicia y de la avaricia afecta a todos. No se salva ni la Corona. Espero que este virus nos haga a todos mejores. Una situación excepcional genera esta gran paradoja. Pese a su virulencia, hay que reconocer que el coronavirus es una obra de arte en su estructura. Por eso quizá sea el origen de la vida, y también su final. Cada cosa en su sitio y en su momento. No es nada personal, pero terminaremos con él. Este es un problema de salud pública, es decir, de todos.

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