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El turno de los psicólogos

El miedo al coronavirus

Los servicios sanitarios, médica/os, enfermero/as, fisioterapeutas, hace semanas que trabajan para librarnos del virus coronado, paliarnos sus efectos, enseñarnos a prevenirnos de su infección. Llega el turno de los psicólogos y hasta de los psiquiatras. La epidemia de miedo está consiguiendo atemorizar a toda la población a niveles, según algunas fuentes, globales. A pesar de las recomendaciones de los expertos en epidemias, como Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, señalando que la situación es grave pero está controlada, el miedo se expande más que la enfermedad.

Que gran parte de los informativos, sobre todo de televisión, abran con el nuevo número de fallecidos y el aumento de las personas contagiadas, contribuye a ello. Sobre todo cuando en los titulares y primeras frases de la información solamente se mencionan los nuevos enfermos y no se cuentan los recuperados, los que han superado la crisis gripal y ya se encuentran bien. El avance de la enfermedad sigue un camino que va de menos a más, prácticamente como toda epidemia -epidemias las hay todos los años, por ejemplo de la gripe-, pero el constante inicio de todo informativo con el nuevo número de infectados induce al oyente a pensar más que en una pandemia en una plaga. Se han llegado a mencionar en alguna tertulia a las bíblicas plagas de Egipto. Y se menta cada vez más al miedo lo que lleva a mucha gente al pánico.

En algunas web se expone un mapa activo que va señalando minuto a minuto los casos de infectados, fallecidos y recuperados. Y si hace un mes los enfermos eran cuarenta mil y los recuperados tres mil, con un aumento exponencial en los infectados, en los primeros días de marzo el progreso exponencial se había trasladado a los recuperados y de los 113.000 enfermos ya se habían recuperado 62.000, lo que representa más de la mitad de lo infectados. Además, en la mayor parte de los titulares no se señalan las patologías previas que sufrían los fallecidos y en estado grave. Para colmo, la política ha entrado en el caso y distorsiona más la confusión que existe entre la población, las iniciativas tomadas por los partidos se enfrentan a las decisiones de los dirigentes sanitarios (cierre temporal de centros educativos, suspensión de viajes, aplazamiento de congresos y vacaciones del IMSERSO para los pensionistas y jubilados). Entre tanto, un diputado de ultraderecha, sin hacer caso a las recomendaciones de las autoridades sanitarias, ha dado positivo en coronavirus, mientras en otras formaciones se quejaban de la escasa información dada por un gobierno que comparece ante los medios cada hora.

También otras voces y plumas han tachado de desinformativa la acción gubernamental y de tomar medidas con retraso. Estas manifestaciones, así como las disculpas dadas por los políticos afectados por la epidemia, han propiciado el pánico en algunas de las zonas señaladas por su aumento de los casos de infectados. Por el momento no se ha producido desabastecimiento pero los estantes de muchos de las grandes superficies y supermercados se quedaron vacíos entre la tarde del martes y el mediodía del miércoles en Madrid capital y en los pueblos mencionados como focos de contaminación. “

Ni coronavirus ni leches, la España viva es imparable”, manifestaba uno de los asistentes al mitin celebrado el domingo en el que un diputado, desoyendo las recomendaciones sanitarias, ha dado positivo. Poco después, los establecimientos se llenaron de acopiadores. El miedo es irracional, cunde el pánico, la gente se alarma y se desbordan los acontecimientos. “El miedo es un microscopio que todo lo agranda”, decía una viñeta publicada por El Roto. Es el turno de los psicólogos.

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