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La andanada

Otra vez José Tomás

Ninguna temporada de la última década se puede entender sin la duda perenne de la reaparición de José Tomás. El torero de Galapagar representa el postrer mito del toreo, el único del que de verdad se ha pedido constantemente que vuelva de su retiro a redimir a una fiesta que no es lo mismo sin su verdad. Así se vende, así se explica, así se compra. Hasta que llegó Roca Rey, JT ha sido el único que ha despertado incluso la curiosidad de los ajenos a la tauromaquia, de los poquitos que casi cualquier españolito de a pie puede identificar aunque nunca lo haya visto pisando un ruedo.

Y en estos días se ha conocido otra buena nueva tomasista. Lo ha vuelto a conseguir para Nimes Simón Casas, el que seguirá siendo también empresario de nuestra plaza de toros. Y las especulaciones sobre el montante de la «operación retorno» volverán a llenar horas de tertulias. Una pena que el anuncio de la doble comparecencia en Francia del añorado diestro no haya incluido también un garbeo por «la millor terreta». Cuando vino, allá por 2016, nuestra ciudad y su feria estuvieron en boca de todo el país. Y ese es el valor de José Tomás. No el único, pero sí el de más peso.

La revelación de la doble contratación nimeña adelantaba la duda de hacerlo en dos festejos mixtos, y se desarrolló la explicación con esa nueva versión de las últimas actuaciones del torero madrileño en las que se anuncia «mano a pata» con un rejoneador. El 31 de mayo lo hará con el estellés Pablo Hermoso de Mendoza, y el 20 de septiembre con la rejoneadora gala Lea Vicens. De este modo, José Tomás se propone prácticamente como plato único, se lleva casi todo el pastel que él vende por sí solito, y se evita a la vez abrir plaza, amén de un descansito entre el tercer y cuarto astado. Sin más competencia que la de su propia sombra.

El motivo aducido para esta nueva comparecencia es el de celebrar los veinticinco años de su alternativa. Ha sabido mantener ese estatus de expectación que le permite seguir llenando las pocas ocasiones en que se anuncia y disparar la venta de abonos de las ferias donde plantea su presencia. Como ocurrió aquel año en Alicante. Así que nada más se le puede pedir. Porque ciertamente José Tomás ya no está para regenerar ni revolucionar nada, y mucho menos para entrar en liza con las nuevas hornadas. Por decirlo de una manera pseudopoética, es rey y prisionero de su propio negocio. Y mientras el público, «su» público, esté dispuesto a aceptarle esa presencia guadiánica y afrontar el precio que cueste, estaremos de enhorabuena. La corriente de sus aguas ya no mueve molinos, para bien o para mal, y sus apariciones mesiánicas se revelan a modo de anacronismos siempre muy celebrados por los románticos, que en el toreo hay muchos. Pero la tauromaquia ya vive ajena a él.

Frente a ese anuncio de actuaciones puntuales de José Tomás, Talavante o Manzanares, por ejemplo, siguen dando el callo. Del extremeño se pensó en una temporada de vuelta al estilo del de Galapagar, pero nada más lejos de la realidad. Presencia en carteles de postín en Sevilla y Madrid, para disipar dudas. La frágil espalda del alicantino y los duros momentos pasados en los últimos tiempos también auguraban quizá una bajada en el ritmo y, sin embargo, se anuncia en numerosos compromisos en marzo. Este mismo fin de semana, en Illescas y Olivenza y con idéntica compañía: Morante de la Puebla y Pablo Aguado. El próximo estará en Morón de la Frontera el sábado y en València el domingo, en el primer gran compromiso del año. El día 20 se anuncia en Castellón y, ya en abril, el 4 en Cehegín, el 12 en Arles, el 18 en Brihuega y el 24 en Sevilla, donde repetirá el dos de mayo. Gozosa realidad para nuestra ciudad y todos los partidarios con que cuenta en ella. Ojalá las lesiones le respeten.

Y para acabar con sabor local, Andy Cartagena ya está de vuelta tras otra triunfal temporada en México, a pesar de la pérdida de su caballo Picasso. Y el novillero Alfredo Bernabéu afronta esta temporada con nuevos mentores, el apoderado Santiago Garay y el matador de toros Gregorio Tébar «El Inclusero» como asesor artístico. Madrid y la alternativa son los objetivos. Ojalá la suerte esté con ellos.

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