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Opinión

Derrumbe en vertederos. ¿Por qué suceden?

Cuando Laura quiere hacer un castillo de arena en la playa sabe que tiene que añadir agua a la arena y compactarla antes de hacer las torres. También sabe que, si hace las torres demasiado altas, se van a derrumbar.

Laura, que está pensando en ser ingeniera de mayor, intuye que hay un punto de densidad y humedad óptima para hacer su castillo, antes de que venga su hermano a destrozarlo. Si se queda corta de agua, conseguirá hacer montones de arena como mucho, pero no torres esbeltas en las que encerrar príncipes. Pero si se pasa de agua, su castillo se convertirá en una boñiga de dragón.

Laura está adelantando el principio de las presiones efectivas de la geotecnia con el que, cuando sea mayor, podrá calcular altura y estabilidad de los terraplenes de un vertedero.

Este principio explica que los granos de arena totalmente secos no tienen conexión entre ellos y solo pueden empaquetarse en función de un ángulo característico de cada material. Hay un punto de humedad óptima que atraen las diferentes partículas llamado tensión superficial, haciendo que se puedan acumular mejor y con mayor esbeltez. Por el contrario, si la cantidad de agua es excesiva, rellenará todos los huecos entre partículas, ejerciendo una presión sobre ellas suficiente para romper la estructura del paquete y el castillo se desmoronará.

Este principio se aplica igualmente a los residuos que forman un vertedero. Es necesario compactarlos a su humedad y densidad óptima para conseguir un buen empaquetado.

Si controlar el punto de humedad óptimo es difícil, al menos procuraremos no llegar a una cantidad excesiva de agua que desmorone el paquete de residuos.

En la vida real el problema se complica, ya que los diferentes residuos tienen cantidades diferentes de agua y además se descomponen formando gases como el metano que aumentan la presión sobre la estructura e incluso pueden llegar a explotar.

Es por tanto imprescindible una buena evacuación de fluidos tanto líquidos (lixiviados) como gaseosos (metano) del interior del paquete de residuos para evitar el aumento de presión en su interior. Obviamente habrá que gestionar adecuadamente estos fluidos ya que son muy contaminantes.

Si nuestro objetivo es eliminar los fluidos del interior, también deberemos impedir que entren accidentalmente en él, por lo que es imprescindible impermeabilizar adecuadamente la superficie y límites del vertedero, evitando que entren las aguas de lluvia y escorrentía.

Por tanto, es fundamental llevar a cabo un buen plan de compactación y control del mismo como hace Laura con la arena de la playa.

En Zaldibar (Vizcaya) no se hacía o no se hacía bien. Muchas veces los proyectos fallan por no seguir los protocolos básicos. Prestamos atención a aspectos más complicados y perdemos el foco en lo básico: compactar y evacuar fluidos. Así que debemos preguntarnos: ¿Tienen los vertederos de la provincia un protocolo de compactación y evacuación de fluidos? ¿Cómo se hace? Y ¿cuáles son los indicadores de que se está haciendo bien?

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