Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Luis Sánchez Merlo

La vida como una caja de bombones

El lanzamiento en 1977 de Hotel California, una "meticulosa obra de arte", coincidió con el 200 aniversario de la independencia de los Estados Unidos

"Queremos brindaros un descanso de aproximadamente tres horas, en el horrible ciclo de noticias 24/7. Algo familiar en tiempos inciertos, porque la vida es como una caja de bombones, excepto que algunas vienen con un pequeño folleto que te explica exactamente lo que vas a encontrar dentro de cada uno de ellos. Nosotros somos como esa caja".

En un abarrotado Madison Square Garden, la frase mítica con la que Tom Hanks definió su papel en Forrest Gump, ilustrando la aleatoriedad de la vida, inspiró al tejano Don Henley (72), una de las mejores voces de la historia del rock. Superviviente, líder y vocalista del grupo musical The Eagles, esta semana fue su primera actuación dentro de la gira "Hotel California Tour".

El lanzamiento en 1977 de Hotel California, una "meticulosa obra de arte", coincidió con el 200 aniversario de la independencia de los Estados Unidos. La canción más famosa de una banda legendaria lleva sonando 43 años (en los que vendieron 120 millones de discos), hasta convertirse en una leyenda que ha trascendido al paso del tiempo.

La letra, tan introspectiva como alegórica, escarba en el comportamiento autodestructivo en que se convirtió el mundo del rock en los sesenta, con una descripción metafórica del lado oscuro del Sueño Americano (el mundo de los excesos y las drogas duras).

Venia a ser el "tránsito de la inocencia a la experiencia", con personajes atrapados, luchando contra los estragos de la adicción, con el telón de fondo del desmoronamiento, cuando la esperanza y el idealismo de aquellos años quedaron en el camino.

El "clásico instantáneo" en que se convirtió esta canción, asienta su éxito en la forma especial de la narrativa, la musicalización del tema y la energía que The Eagles inyectan a su interpretación. Cuando, a finales de los años setenta, "Hotel California" empezó a sonar en tugurios y casetes, no prestábamos atención a la letra, ¡Gibraltar, español!, y todo el crédito se lo llevaba la música.

El hedonismo, la pérdida de la inocencia, los vicios, la corrupción y la mafia de la industria musical no lograron apagar la gesta de un grupo capaz de cantar a algo tan americano como los coches, las carreteras y las vidas en busca de rumbo. Y de paso, inventar un hotel imaginario al que un hombre, extenuado por el viaje, llega en una noche obscura para repostar. Un lugar "que podría ser el cielo o el infierno".

La vida es como una caja de bombones€nunca sabes lo que te va a tocar.

Una metáfora casi perfecta del devenir cotidiano de España, en un momento en que se van amontonando escenarios nuevos que convierten, acariciando el delirio, lo impensable en factible y lo factible en impensable.

En nuestro caso, la caja de bombones abarca una extensa variedad de sabores: el primer gobierno de coalición, con presencia de comunistas, la dependencia de partidos secesionistas para la aprobación de los Presupuestos, los cambios en la política exterior, la desjudicialización de la política y la politización de la justicia, con la superstición "la ley no basta", para justificar que 'el poder político no está dispuesto a someterse a las leyes'.

Este "surtido" sin clave de identificación, incorpora la incertidumbre y se traduce en un futuro impredecible en el que nadie está exento de error, influencias o injerencias externas, de manera que sólo queda enfocar la vida hacia el camino que se considera óptimo, la salvación individual.

El chocolate es un placer de la vida y su consumo se asocia con la recuperación del bienestar emocional. Los bocados, a veces amargos y otras dulces, se mueven al compás de la "hoja de la cuna" que anticipa la evidencia de la pasión y el significado fiel al envoltorio que recubre.

La gira terminará a finales de agosto con dos conciertos en Londres, en el estadio de Wembley. Una buena ocasión para revivir emociones que transmiten un éxtasis nostálgico. Mientras escribo, los 'Giscard' están tristes.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats