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La papeleta

Pere Rostoll

Opinión de Pere Rostoll: Círculos a izquierda y derecha

No era una ejecutiva, por ello, de trámite. Sirvió para que Puig mostrara su cara reivindicativa frente a Pedro Sánchez ahora que ya ha formado Gobierno en Madrid

La ejecutiva del PSPV se reunió el pasado miércoles para desperezarse un poco y, de paso, darle peso a la iniciativa del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, bajo el paraguas de las siglas de partido. No era una ejecutiva, por ello, de trámite. Sirvió para que Puig mostrara su cara reivindicativa frente a Pedro Sánchez ahora que ya ha formado Gobierno en Madrid. Le recordó que, lo que por ahora le han dado a la Comunidad Valenciana, son migajas para un territorio al que, entre el centralismo madrileño y el problema catalán, casi nadie atiende pero que espera un trato justo desde hace demasiado tiempo. Y también sirvió para ratificar que Puig quería tener su voz en el comité federal del PSOE celebrado ayer en Madrid y, a la vez, lanzar su propio mensaje en la convocatoria del máximo órgano del PSPV, prevista para el 29 de febrero. Relanzar en síntesis, la organización ahora que los congresos socialistas se van a retrasar hasta pasado el ecuador de 2021.

Tocaba celebrar una reunión de la ejecutiva. Y se convocó. Pero ya saben que en política nada se hace por casualidad. Con la cita, Puig volvió a poner en marcha el engranaje del PSPV, en hibernación bajo el manto de una actividad institucional que todo se lo come. Y puso en alerta a su organización ahora que se empiezan a escuchar, de nuevo, los tambores de guerra del «sanchismo». Vuelven a barajar la idea de presentarle una alternativa a la secretaría general del PSPV -suena de nuevo el nombre de Rafa García, alcalde de Burjassot- en las primarias que tendrán que ir unidas al congreso que los socialistas valencianos celebrarán en un año. Bien sea para ganar bien sea para volver a contarse y exigir cuota en los órganos de dirección, los movimientos de los «sanchistas» en clave de elevar la presión vuelven a alimentar la inquietud en el PSPV por lo que supone generar inestabilidad al principal barón territorial de los socialistas en toda España.

Así que Puig necesita espabilar a los suyos, aglutinados en el círculo del Consell, las Cortes y la cúpula del PSPV. Sin contar con peones en Madrid, copados por los «sanchistas» y con una nueva inquilina en el Palau del Temple, sede de la delegación del Gobierno y el centro de operaciones de José Luis Ábalos en València . Con esa reunión de la ejecutiva y una discreta comida previa que mantuvo con la dirección del grupo en las Cortes Valencianas, el jefe del Consell le puso las pilas a sus partidarios con una estrategia en la que reclama esfuerzo máximo ante lo que se avecina. La estructura institucional se mueve a impulsos de la gestión del día a día en el Consell y a eso se debe sumar que la organización del PSPV con la del grupo en las Cortes -al que, como en el Consell, se ha pedido cuidar al máximo la relación con Compromís para evitar más tensión- esté a pleno rendimiento.

Ocurre, sin embargo, que hay asuntos que están poniendo palos en las ruedas y generando problemas en el PSPV. Uno de ellos es el sainete de la relación con la Confederación Hidrográfica del Segura y la excursión de dos cargos socialistas -un diputado en las Cortes y jefe del PSPV en la Vega Baja, Manuel Pineda, junto a la delegada de la Generalitat en Alicante, Antonia Moreno- a Murcia para verse con Mario Urrea, responsable de la entidad y el hombre que rechaza dar explicaciones sobre la «gota fría» además de ningunear sin rubor a las Cortes Valencianas. Es una patata caliente que Puig debe resolver. Es un asunto con impacto en la comarca más complicada para la izquierda y que entrega munición para alimentar al PP. Ojo con el agua para todos.

P.D.: Poco hay que opinar sobre la investigación por corrupción contra Eduardo Zaplana por su gestión en el Consell. Es algo, creo, claro y nítido. Sólo leer el sumario judicial con las pesquisas de la Guardia Civil para evidenciar que, durante ese periodo de máximo poder de Zaplana y del PP, se organizó una estructura con el único objetivo de saquear las arcas públicas de los valencianos. Como decía el propio Zaplana en una entrevista de 1999 que ahora vuelve a salir a la luz: «Hay que aprovechar al máximo el dinero de los ciudadanos». Y sin duda lo hizo. El relato de la oposición política y el de una parte de la sociedad cierra ahora su círculo con la investigación. No hay más preguntas, señoría.

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