Leo y releo la noticia en Información y no doy crédito. Ortiz se va, Ortiz dispuesto a vender sus acciones. Según confirma Quique Hernández, el máximo accionista está decidido a dejar el Hércules. No puede tener la familia herculana mejor noticia, nada beneficiaría al club más que la salida de la persona que le ha llevado a la situación agónica en la que se encuentra, tanto deportiva como institucionalmente. Dice Hernández que se están buscando fondos de inversión, que se están intentando recabar a personas dispuestas a comprar el Hércules con el fin de que Ortiz salga lo antes posible del accionariado. Lo de una semana menos para que Ortiz se vaya parece que se hace realidad. Lo malo de todo este alboroto es que se quede todo en agua de borrajas, que con quién se trata todo se puede esperar, hasta que sea una maniobra más para despistar al personal y se olvide de él durante un tiempo.

Pero seamos generosos con quienes nunca lo han sido, demos crédito a la palabra del presidente, su palabra sí que vale, pensemos que no ha sido de nuevo engañado, que como siempre obra de buena fe y traslada a la opinión pública lo que le transmite quien le puso en el cargo para esconderse tras un buen hombre, tras un buen herculano, tras un buen técnico, tras un buen conocedor del mundo del balompié. Que esta vez sí que va de verdad, que Ortiz tras décadas de nefasta gestión ha llegado a la conclusión de que lo que más le conviene es quitarse de en medio y que su persona no sufra más la justa crítica de la familia herculana y de la mayor parte de alicantinos, que hartos se han unido en una petición que se ha hecho unánime: ¡Ortiz, vete ya!

Si había algo que pudiera cambiar la dinámica del club, era una noticia como la presente. Con él y sus acólitos era imposible, era impensable que el Hércules diera un giro a la situación. Sin él todo es posible, hasta que la Tercera sea un mal sueño de una temporada más tirada a la basura, de que en temporadas venideras volvamos a ver al equipo batiéndose contra los mejores equipos en categorías superiores, de que se vuelva a oír por las radios los fines de semana en todos los programas deportivos aquello de «conectamos con el Rico Pérez», de que podamos ver al Hércules jugar sus partidos televisados junto al resto de equipos profesionales, de que se nos vuelva a tener en cuenta en la Federación o en la Liga Profesional, de que en definitiva el Hércules vuelva donde nunca debió dejar de estar, entre los mejores.

Adiós, Ortiz. No se te va a echar de menos, tuviste tu gran oportunidad y la tiraste por la borda, ni cuando te salieron las cosas algo mejor supiste aprovecharlo, ni te importó nunca el Hércules, ni te ha gustado nunca el fútbol. Ni por supuesto en el tiempo que has llevado al frente del accionariado has aprendido nada, y lo peor que no es por capacidad, sino por desidia y jactancia, por prepotencia y abulia, por despotismo y pedantería, por nepotismo y apatía. Los que te han bailado el agua son corresponsables del destrozo que habéis hecho en este club centenario, pero tú eres al que la historia pedirá cuentas.